Stadt Land Fluss (Harvest)

Uno de los pilares que fundamenta nuestra personalidad como seres humanos, es la identidad sexual, que se supone debemos definir en nuestra adolescencia. Bueno, y digo “se supone” porque hay quienes desde muy pequeños logran esa identificación, y también están aquellos que se pasan toda la vida tratando de lograr ese objetivo y el cual simplemente esquivan.

En “Harvest” tenemos la oportunidad de convertirnos en cómplices de un par de jóvenes, que a través de sus vivencias y explorando sus inclinaciones, van moldeando esa identidad sexual que para algunos es difícil de asumir. Para finalmente llegar a identificarse como hombres. Para esto el director se toma su tiempo, nos muestra a cada personaje detalladamente pero haciendo énfasis en sus miedos y confusiones, de manera pausada pero armoniosa, encajando perfectamente con el campo y la ciudad del rio como fondo de la historia. Una película, para disfrutar con todos los sentidos.

Aprendiendo
La historia se desarrolla en una granja escuela al aire libre y por lo tanto las situaciones de nuestra historia son bien distintas a las que estamos habituados: calles con coches y tiendas, clubs nocturnos, parques, edificios con apartamentos, etc. En un momento de la película nuestros dos protagonistas hacen una escapada a una ciudad y eso servirá para contrastar. Aquí es el aire libre, muchos árboles, un lago y vacas y verduras que nos trasladan a un mundo más de naturaleza. Los dos protagonistas son jóvenes con espinillas, no especialmente guapos, con cuerpos normales y pocos músculos de gimnasio o anabolizantes, con una interpretación correcta y nada diva. Pero lo mejor de la película es la fotografía, por su iluminación, la composición, el color, tanto en exteriores como en interiores, destacando las escenas al aire libre. Pero esta fotografía, con lo buena que es, es poco significativa para la historia y esos planos tan bonitos se alargan demasiado y el ritmo se hace pesado. Por otra parte no hay un guión muy trabajado. Todo ello lleva a que el espectador se aburra un poco y esté esperando que ocurra algo, que se produzca la necesaria dramatización entre los personajes. Y llega pero llega quizás tarde y de una manera muy precipitada con una solución algo increíble y del gusto de los melodramas románticos. Es una pena que no se haya mejorado el guión antes de empezar a rodar y que no se haya trabajado mas el tiempo y el ritmo. Hubiera podido ser una película redonda.