La guerra privada del mayor Benson

Vuelvo a tropezarme con la nostalgia, así que hago doble comentario.
Valoración actual: Película ingenua y simpática al gusto de su época y que actualmente le afecta el paso de los años. Pequeñas escenas graciosas en su día es fácil que ahora las encontremos candorosas y que la veamos como una película simple, apta para nostálgicos y para entretener a los niños.
No obstante ofrece alguna lección pedagógica: que todo el esfuerzo se emplee para competir y ganar no satisface a los alumnos: "Antes perdíamos pero disfrutábamos, ahora ganamos sin disfrutar" eso dicen. Pero no apruebo la postura contraria actual: nada de competir y esforzarse. Al colegio se va a que le distraigan a uno.
Valoración nostálgica: La vi en la década de los cincuenta y me entusiasmó. Ver que era posible que los niños pudieran vestir uniformes reales y ser soldados cuando nosotros teníamos que fabricar nuestras armas con cartones, palos y cañas y haciendo trabajar a tope nuestra imaginación para disimular nuestras carencias.
Hay que recordar que en esos años a los niños nos gustaban las películas de guerra, más por su acción que por su violencia y que luego reproducíamos en nuestros juegos.

El director, Jerry Hopper y los responsables de la producción, homenajean y parodian diversas producciones bélicas, eludiendo la crudeza de la guerra.

Comenzarás odiando al personaje que interpreta Charlton Heston, para después caer en las redes de su encanto y adentrarte en una historia dulce y tierna, con dosis de humor y excentricidades, que te dejarán buen sabor de boca.

Puede que algunas situaciones se antojen forzadas, pero tengo que admitir que me despertaron más de una sonrisa.

La guerra privada del mayor Benson, queda como una historia idealista e imaginativa, llena de buenas intenciones que se aproxima más a un cuento que a la realidad.

Comedia de ambiente militar con personaje fuera de contexto que supuso la tercera ocasión en la que coincidieron en los créditos el director Jerry Hopper y el actor Charlton Heston tras “El Triunfo De Buffalo Bill” o “El Secreto De Los Incas”.

La salsa del film, producida por Howard Pine para la Universal, es llevar a un severo instructor a una academia infantil, contraponiendo la disciplina del adulto con la travesura del niño en un progreso de mutua comprensión. A ello, se le añade una más que predecible relación amorosa. El resultado es una película familiar bastante discreta, a la que le falta inventiva y un guion más dinámico.

Muchos años después, Damon Wayans protagonizó un remake de este título en “Major Payne” (1995), comedia dirigida por Nick Castle. También, en este período, una idea similar es desarrollada en el “Poli De Guardería” (1990) con Arnold Schwarzenegger como protagonista, y esa sí que mereció la pena. Mi hijo la vería como 20 veces, y no exagero. Un 5.