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El reloj asesino

Cine negro El poderoso editor de un importante periódico comete un crimen pasional. Para evitar que lo descubran incrimina a un tipo al que no conoce, pero que casualmente resulta estar ligado al diario. El "falso culpable" utilizará entonces todos los medios a su alcance para probar su inocencia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
2 de junio de 2009
34 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas sin muchas pretensiones, que sólo son mero entretenimiento. Entre ellas hay mucha basurilla, sobre todo moderna. Pero cuando se hace bien pasas un rato verdaderamente agradable.

Y ésta es una de ellas. Es un thriller muy bien construido. Como un juego del gato y el ratón, en el que la peculiaridad es que el ratón ha de maullar para disimular. La trama está muy bien hilvanada y el ritmo va in crescendo consiguiendo mantenernos en tensión.

Y si encima sale Charles Laughton le añade una nota de calidad, claro. Está bien como siempre, aunque no es una de sus actuaciones sublimes. Quien está espléndida en un pequeño papel de adorable bohemia es su mujer en la vida real Elsa Lanchester.

En 1987 se hizo un remake llamado "Sin salida" con Kevin Costner y Gene Hackman, pero ésta es superior. No se la pierdan.
Gilbert
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14 de abril de 2009
30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es una adaptación de la excelente novela de Kenneth Fearing, titulada "The big Clock", uno de los mejores thrillers que yo he tenido el placer de leer. Como sucede con toda adaptación, en el presente caso se corría el riesgo de adulterar la historia, desvirtuar los personajes o no reproducir el ambiente adecuado. El filme, que en líneas generales resulta correcto, y que cubre las expectativas en cuanto a los dos primeros peligros mencionados, patina ligeramente en el tercero.

El argumento general de la novela se respeta escrupulosamente, y da pie al desarrollo del drama que, salvo al principio, transcurrre enteramente en un edificio de oficinas, donde el protagonista (un soso Ray Millard), es acosado y perseguido, víctima de un equívoco que le hace sospechoso de asesinato. Este tema, el de un falso culpable que trata de escapar en un marco cerrado se habría convertido en una gloriosa película en manos de Hitchcock o Lang, pero en este caso tenemos que conformarnos con la labor de John Farrow, quien no obstante, logra aquí su mejor película. Estéticamente, el filme se encuadra en la línea del cine negro de la época, pero visualmente no logra transmitirnos la angustia que acosa al protagonista, y que sin duda, era el mayor acierto de la novela. Así, el desarrollo de los acontecimientos resulta algo frío y mecánico, sin que llegue a emocionar al espectador, que en todo momento contempla entretenido la acción, pero nunca del todo satisfecho.

En otro orden de cosas, destacar la labor de los secundarios, especialmente, y como no podía ser de otra manera, la interpretación del grandioso (en todos los sentidos) Charles Laughton quien, sin embargo, y en mi opinión, no da aquí lo mejor de sí. Muy correctos resultan también Maureen O'Sullivan, carcaterizando a la protagonista femenina, y George Macready, segundo de a bordo de Laughton en la empresa.

En definitiva, una buena película, siempre correcta, pero que decepciona por su ritmo irregular y por su frialdad en la narración. La historia conocería una nueva adaptación cinematográfica mucho más libre y, en mi opinión, inferior a ésta, en "No hay salida" (1987), dirigida por Roger Donaldson y protagonizada por Kevin Costner y Gene Hackman.
Quatermain80
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22 de enero de 2012
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Thriller de cine negro realizado por John Farrow (1904-1963). El guión, de Jonathan Latimer, adapta la excelente novela negra “The Big Clock” (1946), de Kenneth Fearing. Se rueda en los Paramount Studios (Hollywood, CA). Producido por Richard Maibaum para Paramount Pictures, se estrena el 9-IV-1948 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar durante unos pocos días en un edificio de oficinas y localizaciones diversas de NYC. Earl Janoth (Laughton) es el presidente ejecutivo de una corporación dedicada a la comunicación. Steve Hagen (Macready) es el segundo de la empresa. George Stroud (Milland) es el redactor principal de la plantilla. Earl es cínico, egoísta, despótico y manipulador. Steve es enigmático, inteligente, ambicioso y sumamente peligroso. George Stroud es honesto, trabajador, competente y eficaz. Vive volcado en su trabajo por lo que, tras cinco años de matrimonio con Georgette Stroup (O’Sullivan), todavía no ha podido realizar el viaje de novios. Pauline York (Johnson) mantiene relaciones sentimentales con Earl. El papel de la pintora Louise Patterson está interpretado por Elsa Lanchester (“La novia de Frankenstein”, Whale, 1935), esposa entonces de Laughton. Merece una cita el masajista Bill Womack (Morgan), mudo, enigmático y peligroso.

El film desarrolla una historia interesante que se presenta bien construida y con unos diálogos vigorosos. La narración retiene la atención del público gracias a una intriga bien planteada, que crece a medida que pasa el tiempo. La atmósfera que se crea destila misterio y tensión. La trama es bastante compleja y el suspense se hace creciente. Laughton encarna el papel del villano ególatra, repugnante y sin escrúpulos.

John Farrow demuestra sus cualidades de buen artesano y correcto realizador, dotado de la inteligencia y las habilidades necesarias para tratar con solvencia temas diversos y géneros tan distantes como el cine negro, el de aventuras, el musical, el bélico y el western. En el caso que nos ocupa, realiza su segunda incursión en el cine negro, género que cotiza al alza en los años 40 del siglo pasado. Con una trama construida con lucidez y riqueza de detalles y una encomiable economía de medios, consigue uno de los mejores trabajos de su filmografía. Sobresale por la potente intriga que compone y por la buena definición de los personajes, sobre todo los de Earl, George y Steve. No faltan acertados toques de humor que se suman oportunamente al tono general sombrío del relato.

La obra se caracteriza por el correcto acabado, el nutrido y brillante reparto y el ritmo creciente que imprime a la acción. La cinta es simpática, atractiva, convincente y entretenida, aunque exenta de genialidad y magia. Se comporta como una parábola sobre el poder y su ejercicio, los métodos que emplea para afirmarse y defenderse, las manipulaciones que establece de las apariencias, la verdad y las personas, su errónea afición a la uniformidad y el sentido egocéntrico y despiadado de sus manejos.

…/
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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13 de octubre de 2009
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
El reloj asesino o el asesino del reloj, que tanto monta monta tanto. Y no descubro ningún secreto de sumario que la cosa anda clara y meridiana y no hace falta ninguna Miss Marple ni ningún Poirot para resolver el crimen o´clock. No. Aquí lo que se dilucida es si el pardillo-conejillo de Indias-chivo expiatorio y demás fauna de turno conseguirá destrozar la maraña en que lo han envuelto y demostrar su inocencia. Que él lo único que quería era irse de luna de miel con su mujer recién estrenada hace cinco años y con un niño de más o menos esa edad. Pero hay un tal Mister Janoth interpretado por un tal Charles Laughton, actor causante de que mi diccionario de adjetivos calificativos (todos positivos, nunca negativos) haya quedado hecho unos zorros de tanto usarlo, y que aquí ¡lo ha vuelto a conseguir! y sin marea roja vociferando a todo pulmón y a calzón quitao aquello de “podemos”. Él puede y le mete una goleada a cualquier película y a cualquier personaje, le da igual un cura que un pirata, un empresario tipo Bassat que un abogado o un miedoso echándole arrestos a la cosa. Si, antes se les llamaba arrestos…

Una película donde intervenga Charles Laughton es sinónimo de eclipse solar, lunar, marciano o lo que ustedes quieran. Las demás stars palidecen. Es el caso de Ray Milland estando francamente bien o el de Maureen O,Sullivan profesional y digna, o incluso el de Elsa Lanchaster, actriz que redescubro en positivo en cada película suya que repaso. Pero Laughton es punto y aparte con exclamación, negrita y redondilla. De haber sido un actor del siglo XXI seguro que ya le habrían bautizado CL9 o similar y estaría fichado por algún club tripletista. La escala de los números reales se queda corta para valorarle. Ni siquiera sirve la de los imaginarios. Así que utilizaremos para una valoración justa la escala de números inimaginables.

Basado en la novela de Kenneth Fearing adaptada por Jonathan Latimer, El reloj asesino es un muy buen trabajo de John Farrow, papá de Mia, quién ya nos regaló trabajos interesantes como Las fronteras del crimen o Donde habita el peligro. Con una notable fotografía de Daniel L.Fapp y John F. Seitz, construye un excelente thriller con altas dosis de enfermiza psicología humana y empresarial y donde la atención de los espectadores se mantiene en todo momento en su punto más álgido. Dicho de otro modo, y por seguir los símiles deportivos: Aquí nadie hace la ola.

Un apunte final: Recordar un buen remake (pero menos, mucho menos): “No way out” con Kevin Kostner.
FATHER CAPRIO
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14 de marzo de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco antes que nada que el título de esta película me llamó la atención desde el principio y nada más que he tenido ocasión, me he lanzado sobre ella. Un reloj asesino no es cosa como para no tenerlo en cuenta. Reloj que marca las horas...

Y no me ha decepcionado nada. Es una poderosa intriga llevada con mano maestra. Con esos actores tampoco sería difícil pero el caso es que hay que verlos. Esa cara de Laughton, de rabia al golpear, de golpear con ganas, de loco, es una muestra de la expresividad de un actor memorable con unas capacidades y unos gestos medidos que es un placer contemplarle. Da gusto verle tan finolis y tan cínico dar órdenes a su secretaria, sugerir ideas a su matón el mudo y descargar responsabilidades en su secretario con toda su hipocresía.

El reloj asesino es una trama además perfectamente iniciada, presentándola en un edificio donde la actividad no surge con la película, nos subimos a ella, nos incorporamos a las tareas de la gente sobre la marcha. Donde todos se conocen y nadie nos presenta. Algo de agradecer que no se suele tener en cuenta pero que es la causa que la acción goce de tanto dinamismo.

Me han encantado los apuros de Ray Milland y me ha recordado, aparte del remake mencionado en la página, aquella vez que Denzel Washington se las ve tan apurado participando en una investigación policial y tiene que estar disimulando todo el rato mientras intenta arreglar un desaguisado, diferente pero del mismo estilo. Fue en A contrarreloj.
floïd blue
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