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Una canta, la otra no

Drama Presenta las vidas de dos mujeres en la Francia de 1970, con el movimiento feminista en el que participó Varda como telón de fondo. Pomme y Suzanne se conocen cuando Pomme ayuda a Suzanne a abortar después de un tercer embarazo que no puede costear. Perderán el contacto, pero se volverán a encontrar diez años después. Pomme es cantante y Suzanne trabajadora comunitaria. A pesar de sus diferencias, seguirán siendo amigas, compartiendo ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
14 de junio de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo un tiempo, en los felices setenta, en el que se rodaban películas 'de tesis', en las que primaban las ideas políticas y sociales sobre el argumento y las interpretaciones. Después de unos inicios ligados a la Nueva ola francesa, el cine de Agnès Varda derivó hacia esa tendencia y esta película fue el primer ensayo. El argumento es irregular, las actuaciones son discretísimas pero hay ideas, hay ganas de cambiar el mundo y hay una ingenuidad que hemos perdido hace ya demasiado tiempo.
Ojka
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10 de febrero de 2017
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película extraordinaria que comienza en la oscuridad y termina en la luz.

Dos jóvenes muy diferentes entre sí se reencuentran y se separan varias veces a lo largo de su juventud sin perder jamás el singular vínculo que las une... una amistad tan intensa como el amor y tan fuerte como el deseo de salir adelante en un mundo dominado por los hombres.

Todo comienza de forma trágica en el París de los primeros 60 y, tras un duro camino, que cada una sigue por su cuenta como mejor sabe, ambas consiguen un aceptable equilibrio y una bien merecida libertad a finales de los 70.

Pero, aunque Varda nos muestra en esta ocasión el lado más amable de la lucha de sus protagonistas hasta la emancipación, no debemos engañarnos, esa lucha será titánica y el largo camino quedará sembrado de cadáveres, sean éstos reales o metafóricos.

Una canta, otra no... los dos viven situaciones diferentes, casi siempre difíciles, y las enfrentan de formas muy distintas porque son dos caracteres absolutamente contrapuestos.... pero, incluso sin darse cuenta, comparten una aspiración común a muchas mujeres de todas las épocas: ¡¡la liberación!!
Y el instrumento del que se valen para lograrla es el único que existe... un deseo sincero y firme, y una voluntad inquebrantable.
Chord
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22 de noviembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un canto a la amistad, que traspasa tiempos y espacios. Ahora es difícil imaginar una sociedad donde la libertad sexual de la mujer estaba tan restringida, donde quedarse embarazada en la adolescencia era casi sin ónimo de ser una prostituta y donde los padres no estaban dispuestos a ayudar a sus hijas "descarriadas".

La historia se desarrolla de menos a más y las imágenes de las fotos en blanco y negro de mujeres siempre tristes van paulatinamente llenándose de color a medida que las propia mujeres se vuelven cada vez más libres y más dueñas de su propio destino. Creo que eso es un acierto.

Sí, la anécdota es algo fantasiosa y hasta exageradamente "exótica" con la temporada en Irán y la facilidad para viajar de un lado a otro, en los años 70. Pero los diálogos son muy naturales, lo mismo que el cariño mutuo que sienten las dos protagonistas.

Sin grandes alardes de puesta en escena, sin interiores fotogénicos, a veces parece más un reportaje que una película, pero con soluciones algo osadas.
El conjunto es una historia fresca y distinta a otras películas.
luguca
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10 de julio de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película supuso el regreso de Varda a la ficción tras unos cuantos años centrada en el documental. Y qué regreso. En Una canta, la otra no, la cámara de Varda sigue las vidas a través de los años de Pomme y Suzanne, dos mujeres unidas por el aborto de la segunda y por un hecho traumático que no os voy a desvelar. Tras pasar años separadas, las dos vuelven a encontrarse por casualidad con el movimiento feminista de la Francia de los 70 de fondo. Para entonces, Pomme es una cantante comunista y que vive la vida bohemia, mientras que Suzanne es una trabajadora social que ayuda a otras mujeres con temas de educación sexual y planificación familiar. Una canta, la otra no es una película militante y política pero a la que Varda consigue imprimirle una ligereza y una belleza estética que vuelan muy por encima de cualquier dinámica del cine político masculino. Es lo personal y lo social unidos de la mano para ofrecer un retrato vivaz y vaporoso de un momento de sororidad que iba más allá del tiempo y de las barreras sociales.

Si te ha gustado esta crítica, puedes encontrar más en www.eldesencanto.com
loquearde
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24 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llego en mi “diario de cine” (mi cuenta en instagram) a este film gracias a mi profesor de la universidad Pablo Iglesias. Un excelente profesor, Pablo; que nos hizo hacer un TP sobre directores de cine que tocaban temas centrales de la cinematografía. En el TP hablé sobre Kiarostami pero Varda me quedo pendiente. Así que esta fue la oportunidad para ver y hablar un poco sobre su film.

Un film que traza los límites de los vínculos de la amistad que son tan fuertes que rompen el mundo dominado por los hombres. Es importante que el film de Varda acontece en los duros años 60 de francia para finalizar en los 70, donde a pesar que la luz de la lucha por la libertad de las dos amigas es consolidada no hay que olvidar que la lucha sigue más allá de la cinta.

En Una canta, la otra no, Pomme y Suzanne viven situaciones diferentes, son diferentes pero comparten el mismo fin que es la liberación de la mujer. Pomme lo atravesará a través de la lucha desde el arte, Suzanne desde la soledad, la maternidad y la pobreza.

El aborto. El aborto es tema que se toca en total profundidad cuando en los 70 era un tema casi prohibido. Varda toma el tema del aborto con total libertad, y como sinónimo de lucha. El personaje de Pomme acompañará a Suzanne en el camino de la decisión que la unirá en el transcurso de sus vidas.

El viaje. El viaje en la película es el sabor de la distancia entre las dos amigas que se acompañan mediante postales que se envían desde donde están viviendo. Los personajes en Una canta canta, la otra no, siempre están partiendo desde sus orígenes. Pomme de su casa, con su pareja a Irán, con el grupo de música. Y Suzanne con su vida está entre ser parte de las fotos de su pareja, a querer rehacer su vida con su hijos en un mundo que no acompaña a las madres solteras. Ambas son viajes donde los paisajes de las ciudades que ambas atraviesan son historias de deambular hacia la propia libertad. Creo que en esto del viaje hay algo de neorrealismo de Rossellini sobretodo en el tono de lo documental, del registro de las caminatas. pero en el caso del film tiene un fin claro; una búsqueda que se añora con esperanza.

Una canta, la otra no, es el regreso al largometraje después de haber filmado durante unos cuantos años varios documentales como Las Criaturas y Las Panteras Negras.

Una canta y la otra no, me dejó un buen sabor a pesar de cierta artificialidad por momentos en las actuaciones y en la trama de la película. Aún así la naturalidad de los diálogos, los inteligentes encuentros que logra Varda entre las amigas le dan una frescura particular a la cinta.
mardesebas
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