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13 minutos para matar a Hitler

Drama Es la historia de George Elser, un carpintero de la resistencia que intentó asesinar a Hitler en Munich el 8 de noviembre de 1939. Por solo 13 minutos de diferencia, si el Führer no hubiese abandonado su podio antes de lo previsto, Elser podría haber cambiado la historia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 23
Críticas ordenadas por utilidad
3 de noviembre de 2015
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es desesperante concluir que ese espacio de tiempo, el que da título a la película, es tan significativo en la historia de la humanidad. Pensar que podríamos habernos ahorrado cuarenta millones de muertos, cálculo aproximado de las víctimas de la 2ª Guerra Mundial, si el megalómano alemán hubiera aguantado un poco más su discurso de engañabobos o se hubiera quedado unos minutos más recibiendo los parabienes y aplausos de su entregado público. ¿Alguien, sobretodo tras lo conocido posteriormente, se hubiera atrevido a calificar a George Elser como un terrorista, a pesar de las muertes colaterales que produjo la explosión?

Abundando en sus conocimientos del momento histórico; de los albores, el desarrollo y la derrota del III Reich, el cineasta Oliver Hirschbiegel (artífice de El Hundimiento), nos pone los dientes largos con la posibilidad cercana, que se construyó el carpintero resistente, de eliminar la causa de los males posteriores cuando la cabeza del monstruo ya era visible para los más avezados estudiosos del comportamiento humano.
Fue, junto a la operación Valkiria, la ocasión más clara de dar muerte a Hitler; con la diferencia de que el último atentado se llevó a cabo cuando la mayoría del mal ya estaba hecho y en este primer intento la maquinaria asesina aún no había llegado a la fase trituradora.

Aunque muchas de las situaciones de "13 minutos" nos resultan muy conocidas, no falta literatura al respecto; el enfoque de un humilde, y habilidoso, artesano contra la hidra de siete cabezas es bastante más novedoso y concede al film un interés añadido.
Sinhué
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7 de marzo de 2016
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La filmografía sobre Hitler y el nazismo es de tal amplitud que se convierte en prácticamente inabarcable, regalándonos algunas obras maestras y también buen número de infumables bodrios, tal y como corresponde a cualquier temática abordada con semejante profusión.

13 minutos para matar a Hitler no se encuadra ni en la casilla de las obras maestras ni en la de los bodrios, tratándose de una película estimable y de indudables méritos, pero que no aporta grandes novedades narrativas ni argumentales e inferior al anterior acercamiento de Oliver Hirschbiegel al tema, la espléndida El hundimiento.

Advertidos ya de la escasez de novedades reseñables, es de justicia señalar cierta vocación de estilo e interés por huir de fórmulas trilladas, algo plasmado en la manera de acercarnos una historia que, en lo sustancial, resulta sobradamente conocida.

Georg Elser, joven carpintero y músico aficionado de profundas convicciones religiosas y moderado interés por la política, es detenido como autor de un atentado acontecido en Múnich en 1939, que se cobró la vida de ocho personas y que tenía como finalidad acabar con Hitler y la cúpula dirigente nazi, objetivo fallido al acortarse la intervención del Führer en el mitin y abandonar el lugar antes de lo previsto (los 13 minutos a los que hace alusión el título en la versión española). Elser es sometido a brutales interrogatorios y torturas para arrancarle una confesión a la que inicialmente se resiste, pero a la que acaba sucumbiendo, pensando que esto pondrá término a sus padecimientos. La realidad es que estos no han hecho sino comenzar, ya que las autoridades se niegan a aceptar que un plan tan minucioso sea la obra solitaria de una persona con modesta formación y ajena a militancias partidistas fervorosas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
coronel kurtz
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19 de abril de 2015
24 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
1938, Munich. Un personaje anónimo termina a escondidas los preparativos de lo que parece la instalación de una bomba en una cervecería. La misma que en unas cuantas horas acogerá un mitin del partido nacionalsocialista entre los que se encuentra Adolf Hitler como orador. Nuestro protagonista trata de huir hacia la frontera con Suiza pero es atrapado antes de lograrlo. Poco después la bomba estalla y rápidamente se relaciona a este induviduo con el atentado del que Hitler, el objetivo principal, ha sobrevivido al salir de la misma 13 minutos antes de la explosión. El nombre de la persona tras todo este plan es Georg Elser, y es durante su interrogatorio, y a través de diferentes flash-backs que conoceremos a este personaje, la evolución de la sociedad alemana en la década de los años 30, y lo que le motivo a llevar a cabo el intento de asesinato de Hitler.
11 años después del éxito de El Hundimiento, Oliver Hirschbiegel vuelve a Alemania tras un tiempo en Reino Unido probando suerte, sin demasiado acierto, con títulos como Invasión, Diana, y algunos capítulos de la serie Los Borgia. De todo esto podría salvar la aceptable Cinco minutos de gloria, con Liam Neeson. Cuesta creer que un director que apuntaba tan lejos con cintas como la primeramente mencionada, o El Experimento, tuviese tan difícil presentar algún proyecto decente (aunque tampoco tanto si pensamos en Florian Henckel von Donnersmarck). Parecía que su regreso a casa con una historia tan interesante como la del atentado en la Bürgerbräukeller en 1938 por parte de Georg Elser nos devolvería al Hirschbiegel de hace una década. Ahora os puedo decir que si bien se ha acercado bastante, no ha sido suficiente.
Nos encontramos ante una película de gran factura técnica. Un trabajo de producción exquisito que nos lleva realmente a la Alemania de los años 30. El reparto, encabezado por Christian Friedel y Katharina Schüttler (perfectos en sus respectivos papeles) está a la altura de una historia como esta. En todo eso no tiene nada que envidiar a otros títulos de temática similar como El Hundimiento, Valkiria, o la serie de televisión Hijos del Tercer Reich. El problema radica en el desarrollo de la historia. Tanto el director como los guionistas deciden presentar en los primeros cinco minutos de la cinta la razón por la que Georg Elser pasó a la historia, la explosión de la Bürgerbräukeller, para continuar las casi dos horas restantes centrados en los duros interrogatorios a Elser, como los motivos por los que llevo a cabo el atentado. A través de los diferentes flash-backs que se nos presentan a lo largo de la cinta, poco o casi nada vemos de la preparación del atentado, que puede llegar a resultar lo más interesante, salvo al protagonista ojeando un par de mapas, revistas, y diseñando la bomba. En vez de ello, la historia se centra mucho más de manera inecesaria en la historia de amor entre Elser y una joven casada de su pueblo llamada Elsa. Si bien resulta de agradecer un cierto riesgo a la hora de presentar historias tratando dar un toque de personalidad a la misma, dudo que el planteamiento seguido en esta película sea el adecuado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
sean bauer
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27 de junio de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
13 minutos. Ridícula cantidad de tiempo que pudo haber cambiado el signo de la historia universal. No se sabe qué hubiera pasado después, pero lo que es seguro es que hubiera sido diferente.

Basada en esta idea, “13 minutos para matar a Hitler” ahonda en la historia de un carpintero anónimo que estuvo cerca de lograr su plan. No es el primer film que desarrolla esta idea para acabar con Hitler, pero si es de los pocos que lo hace de una forma tan humana, desde el punto de vista de una sola persona sin más apoyo.

Es aquí donde la película se sale de lo rutinario en el hecho de presentar el intento de una persona que veía injusticia tras injusticia en el pequeño pueblo en el que vivía, y quiere acabar con ella. Es cierto que la película avanza por el camino previsto, sin enormes sorpresas. No intenta encontrar nada nuevo, solo desarrollar su idea, y esto no se le puede reprochar: consigue que el espectador permanezca atento al argumento y a cómo el protagonista hace lo que hace a pesar de su conocida rutina.

La película comienza su narración por el final, con el fallido atentado, y es a partir de ahí donde construye el relato de un personaje anónimo, que es apresado y del cual mediante idas y vueltas entre pasado y presente, conocemos su historia personal y la de algunos que le rodeaban. Poco a poco conocemos motivaciones y sentimientos de su vida que le llevan a hacer lo que hace, todo con una amena narración.

Al final la película es estimable y aunque, no nos presenta nada nuevo y sólo se limita a contar la historia, tiene el mérito de hacer bien lo que se propone, de ser honesta y de exponer de manera clara y concisa este pedacito de historia que podría haber cambiado la Historia.
Moody
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4 de septiembre de 2016
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Fueron culpables todos los alemanes de los crímenes de la era Nazi? No, sin duda
¿Fueron inocentes todos los alemanes de los crímenes de la era Nazi? No, sin duda

Leo que se ha criticado mucho que la película "Elser" (estúpidamente titulada en español y otros idiomas "Trece minutos para matar a Hitler") por detenerse mucho en el romance entre Elser y Else Häran, y menos en los detalles y pormenores del atentado.

Claro. Revisen las críticas (en esta misma página) de "Requiem: El exorcismo de Micaela", retrato fidedigno de un suceso real sobre el exorcismo fallido, con un resultado de muerte, de una epiléptica, y "El exorcismo de EWmily Rose", infumable película sobre el mismo caso, llena de abogados, demonios, sustos, y ambientada en EEUU, para más Hollywood-INRI)

Repasen, vean las opiniones que dicen que "TchTch, hombre, es que para ir al cine hay que adornar un poco los casos Reales, quien dice un poco dice poner cienes y cienes de escenas que nunca ocurrieron" y luego vengan a quitar puntos a una película porque edulcora un poquito su relación con Else y no nos cuenta como un documental de La Dos cómo Elser fabricó la bomba.

Y, ya lo más, quitenle puntos a la película porque "no explica los motivos" de Elser.

A ver, el que estaba sentado al lado del que dice eso ¿Por qué no le pegó un codazo cuando le oyó dormitar?

La película describe (y el motivo es más que suficiente) el ambiente de miedo, represión, cobardía, exaltación nacionalista, revanchismo, ventajismo, aprovechamiento (centenares de miles de alemanes "no nazis" se aprovecharon del chantaje, expolio, violencia, asesinatos, y expulsión de los judíos, socialdemócratas, etc; se quedaron sus negocios, sus casas, sus propiedades, y luego se opusieron indignadamente a devolver lo robado). Incluso iban a demandar a las autoridades de ocupación un "vale" por una bicicleta requisada... gente que vivían en casas de judíos asesinados.

Frente a ellos, un solo hombre, un Bruto moderno, heredero de Lucio Junio Bruto, que derrocó al Tirano Tarquinio el Soberbio, o de Marco Junio Bruto, que asesinó a César (Tirano, también) en defensa de las libertades de la República, decide asesinar al Tirano por excelencia del siglo XX: Adolfo Hitler. Y no lo hace por ser un aristócrata, ni un militar, por triunfos o recompensas, sino porque ve que la vida en Alemania es arbitraria, injusta, llena de asesinos sin escrúpulos con una camisa parda o un uniforme negro, e intuye que llegará a ser peor. Ve que su enamorada es golpeada por un bruto sin escrúpulos que puede maltratar a su mujer porque se hace amigote del líder nazi del pueblo (por mucho que éste sea una patética figura que tiembla ante la autoridad nazi y se baja los pantalones ante la injusticia); ve cómo el país se hunde en una tremenda oscuridad donde los niños acosan a los judíos y los católicos, donde los crímenes más abyectos son aceptados porque "el Führer nos sacó del paro" (gracias a las propiedades robadas a los judíos y a la emisión de Bonos de Guerra que, impepinablemente, habrían de llevar a la guerra) y gracias a la delación, las acusaciones, el miedo.

Tremenda esa frase de Elser cuando sus interrogadores aceptan,.a regañadientes, que actuó sólo: "Tiene gracia: Tiene gracia porque nadie me habría ayudado".

De ochenta millones de alemanes, Elser no podía contar con nadie (entre encarcelados, asesinados, deportados, huidos, temerosos y convencidos) para ayudarle. Nadie.

En la zona occidental de la Alemania Ocupada, se emitieron unas ochocientas condenas a muerte; menos de quinientas se ejecutaron. No se conocen las cifras de la zona soviética.

Pero, quizás, por mucho que los Juicios de Nuremberg sin duda no ofrecieron todas las garantías para las defensas... No. Quizás Nuremberg no fue tan injusto
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Bobby Lee
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