Harry Potter 20 aniversario: Regresa a Hogwarts (TV)

Parece que ahora está de moda esto de las reuniones. HBO ha apostado por estos eventos en los que nos topamos años después con los actores de lo que, en su momento fue, un fenómeno global. Ignoro el coste que le supondrá a la plataforma pero imagino que les saldrá rentable. La nostalgia vende, eso está claro viendo que, últimamente, parecen triunfar únicamente productos que reciclan en cierta manera el pasado.

Como muchísimos otros niños nacidos en los 90, Harry Potter fue una parte vital de mi infancia. Diría que son los DVD que he reproducido más veces. El estreno de la siguiente entrega en cines era un evento que se vivía con máxima expectación, algo que había que vivir en aquel momento y con esa edad para entenderlo. Le guardo mucho cariño a todas y cada una de las entregas por motivos varios, cada una con sus virtudes y defectos.

Ahora viendo esta reunión, 10 años después de la última película, uno se siente reconfortado de empezar el año viendo a esta pandilla nuevamente reunida. Ninguno es ya el chaval de antaño (Rupert Grint parece que no duerme demasiado bien desde que es padre), todos tienen batallitas que contarse y comparten entre sí sus mejores recuerdos. Todo es muy emotivo y habrá quien necesite algún que otro kleenex.

Pero conforme avanza este especial, no puedo dejar de pensar en lo que me está faltando. Hay muchísimas ausencias de secundarios importantes que se notan, y mucho. Quiero imaginar que andarían ocupados, pero una cosa así que no va a repetirse debería haber contado con mayor parte del reparto. También las grabaciones de 2019 de JK Rowling, la madre de todo esto, dejan un sabor agridulce. Una ausencia incómoda, que me recuerda la (triste) cultura de la cancelación en la que vivimos sometidos hoy día.

Y a nivel técnico también creo que este especial empieza con buen pie, pero todo ese plató y ese tono más cinematográfico si se quiere, desaparece pronto. Enseguida adquiere un formato que recuerda demasiado a los extras de un DVD (incluso hay metraje extraído de los mismos, es decir, parte del material ya lo vimos hace muchos años en el segundo disco). Un punto a favor es que saben dedicarle un tiempo a cada director y sus respectivas películas.

En general es un especial de hora y media que se pasa rápido y se disfruta si has vivido las películas y eres fan. Si no, no te aportará gran cosa. Pero de todas maneras la sensación de "oportunidad desaprovechada" está presente en varias ocasiones.

Lo mejor: volver a ver juntos a sus protagonistas. Sabe dedicarle tiempo a toda la saga en 90 minutos.
Lo peor: demasiadas ausencias y material extra que ya hemos visto antes.

Poco hay que decir de este documental.

Cualquier fan va a disfrutar de la magia y el cariño que hay en este largometraje que rinde homenaje no solo a las películas en sí, si no también a la relación de los actores desde pequeños hasta llegar a la madurez.

Flashbacks emocionantes, escenas desconocidas detrás de la cámara que reflejan lo más bonito de la profesión, el gran trabajo de los directores y mucha magia. Los que hayan visto todas las películas en el cine según su estreno lo disfrutaran el doble.

Merece la pena solamente para ver las escenas tan admirables que ensayaban los protagonistas de pequeños. Su compromiso, ilusión, entusiasmo, inexperiencia... si, unos críos de diez años consiguieron cambiar el mundo.

Una vez más, gracias J.K Rowling.

"Harry Potter" es una saga mágica y la idea de un especial 20 años después sonaba maravillosa. Pero no es el caso. Estamos ante un especial nada especial que el 80 % del tiempo parece sencillamente un making of realizado sin esfuerzo e incluido en cualquier DVD que se preste (de esos que lamentablemente casi nadie compra ya).

La magia brilla por su ausencia en todos los sentidos. El montaje es torpe y la iluminación, cuestionable. Además falta gente importante, aunque es lógico que Maggie Smith tuviera cosas mejores que hacer.

Lo peor, en cualquier caso, es la falta de naturalidad y química entre los protagonistas. Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson no parecen cómodos juntos, y apenas dicen nada que no supiéramos ya. Curiosamente, Helena Bonham Carter es quien, con su gracia innata, más saca tanto de ellos como de todo el especial. Tom Felton también ofrece verdad.

No hay demasiada emoción, porque no da tiempo: todo es demasiado rápido. Y, cuando se trata de forzar, se antoja, eso, forzada. Sí hay, no obstante, mucha verdad en las declaraciones en torno al precio del éxito.

En fin, HBO tenía la gallina de los huevos de oro y la ha desaprovechado. ¡Solo pensar en el dineral que habrá costado...! Como extras de un DVD, estupendo, pero como especial... Creo que todos merecíamos más.

Echo en falta un hilo conductor. Es curioso porque en el inicio parece que va a haberlo. Tras una naif puesta en escena en la que los actores reciben cartas para acudir a Hogwarts y se reencuentran en el Andén 9 y 3/4 rumbo a la inmortal escuela de magia y hechicería, la cámara sigue de cerca a Emma Watson como si esta fuera nuestra narradora y tuviera la función de irnos conduciendo a través de los distintos escenarios que pueblan el documental. Pero no. A partir de ahí, los actores simplemente se van tropezando unos con otros y comentan anécdotas con nostalgia.

El fanático acérrimo de la saga que haya bebido con ansia todos los 'making-off' de los DVD no extraerá grandes novedades de este especial... pero la emoción orgánica de los actores mientras rememoran el pasado resulta suficientemente emocionante como para sostener el peso de la película. Al menos para mí, que he llorado un poquito.

El documental aborda una franquicia tan influyente, tan económicamente relevante y tan custodiada, que impide al equipo que participó en ella poder expresar sus sentimientos con total honestidad.

Hay mucha artificialidad y todo lo que los actores dicen parece comedido, como si tuvieran miedo de decir lo que realmente piensan. Es lógico que un producto como este quiera impregnar a la saga de nostalgia y cariño, pero podrían haber aprovechado la ocasión para aportar una visión más profunda y humana de lo que supuso Harry Potter, sobre todo para estos 3 actores que analizan ahora su pasado con perspectiva. Solo tenemos un atisbo de ello al final, cuando Rupert Grint sale de su zona de confort de decir que sí a todo y comenta que casi no podía disociar el personaje de su propia persona, pero no se indaga más allá en tal impacto psicológico. Los comentarios suelen ser arquetípicos (éramos una familia, bla bla bla), como si se cubrieran las espaldas entre ellos para no dejar a nadie en mal lugar.

Quizás esto también explica la ausencia de J.K. Rowling en el documental, quien, debido a su bajo índice de popularidad por haberse metido de lleno en el purismo queer, parece convenientemente no ser invitada a este reencuentro. De hacerlo, la buena salud de la franquicia correría peligro y podría verse envuelta en las polémicas que la propia autora ha creado.

Al final el documental es un caramelito que, como fan, se disfruta, y como homenaje también funciona, pero no aporta nada. No veréis una opinión sincera sobre lo mal que trataron al personaje de Ron conforme evolucionaba la saga, no veréis cuestionar las decisiones estilísticas o los cambios con respecto a la historia original. Y, por supuesto, nunca sabremos cómo se moldearon las personalidades de 3 brillantes niños que, con toda la ilusión del mundo, acabaron subyugando su vida a Harry, Ron y Hermione.