La serie entre las series. Historias y personajes que te atrapan con sus acciones, vestuarios, sentimientos encontrados y evolución en cada temporada.

Odias y amas a los personajes de forma tal que la balanza de la satisfacción queda equilibrada. A esta serie rica en matices y construida sobre decenas de historias subterráneas le acompañan siempre unas localizaciones y un vestuario que son marca de la casa.

Juego de Tronos es un cóctel de fantasía, de legendarias historias y personajes antagónicos. Es también un reloj suizo en cada escena. Una maquinaria que engrana cada detalle, cada gesto, cada enfoque, etc que provoca un derroche de sentimientos del espectador.

La primera temporada: ¿pero esto que es? Historia inacabada que te deja intrigado y desconcertado. El resto de temporadas dan sentido a una de las mejores series que he visto.

La historia evoluciona a medida que crecen los personajes. Tiene el mérito de sacar partido a una historia en un contexto desértico, con unos personajes cotidianos y una historia inicialmente sencilla. Poco a poco crece la complejidad de la historia y de la personalidad de cada uno de los personajes enganchando adictivamente al espectador.

Simpatizas y empatizas con el drama que vive Walter y con el fracaso constante de Jesse. Ambos son complementarios en un puzzle que parece nunca resolverse pero en el que siempre quieres jugar.

Es una serie que roza el sobresaliente en casi todo: historia, fotografía, música, guiones tremendamente acertados para el contexto de la historia, vestuario y una magnifica ejecución. El reparto excelente. Secundarios que son piedras angulares de una historia coral.

Empezaré por destacar uno de los momentos que a otros no han gustado: El final de la película. Es un sello de la propia Coixet y marca diferencias sobre finales esperados, ortodoxos o "innacabados".

La escena final, frente a los que piensan que es "errante", resulta ser liberador para la historia que asfisia a la protagonista y envuelve al espectador.

La película expone una peculiar y compleja trama en sus inicios que va atrapando al espectador y que, gradualmente, va creciendo en interés. Coixet administra muy bien los tempos en la evolución de una historia que parte con muchas aristas y acaba tejiendo un único escenario que explica muy bien el mundo que vive el personaje que interpreta Laia Costa.

Otro de los méritos de Coixet en esta película es lograr dar dinamismo a una historia que por su naturaleza es lenta.
Mención especial a la dirección de casting que acierta con todos los actores. Laia Costa y Hovik Keuchkerian sacan lo mejor de sus personajes pero poyados quasi al mismo nivel por un conjunto coral de personajes.

Shtisel es una historia de contrastes que nos muestra la vida percibida desde un mundo desconocido para los ojos de un occidental.

Es una serie con dos historias: la historia familiar de unos jareidies y como contrapunto la del espectador que aterriza en el barrio para dar fe de todo lo que ocurre. Dos mundos, el nuestro con una visión occidental y la de una comunidad tremendamente religiosa que parece anclada en el pasado pero que vive los mismos problemas del dia a dia de cualquier sociedad actual.

Conforme avanza la serie el espectador deja de ser crítico con una forma de vida antagónica para ir comprendiendo el lado humano y personal de sus protagonistas. Interesante forma de conocer costumbres, rituales, creencias y estilos de vida alejados de los nuestros.

Cuando han pasado varios capitulos agradeces la acertadisima y adictiva la música com parte indisoluble de la historia. Buena banda sonora.