El Gato con Botas hizo su primera aparición en 2004 con Shrek 2 doblado por Antonio Banderas con un marcado y a veces caricaturesco acento andaluz. El personaje obtuvo bastante popularidad y eso desembocó en un spinoff, estrenado en 2011 “El Gato con Botas” (a secas), que permitía que este felino tuviera una vida más allá de la saga del ogro estrella de DreamWorks. 11 años después llega a nuestras salas la secuela de aquella obra protagonizada en solitario por la voz Banderas. “El Gato con Botas: El último deseo” es tan trepidante, está tan repleta de metáforas sobre la vida y la muerte, que me ha llegado a gustar más que “Schreck”, que ya me gustó mucho en su día.

En esta nueva entrega, "El Gato con Botas descubre que su pasión por la aventura le ha pasado factura: ha consumido ocho de sus nueve vidas, por ello emprende un viaje épico para encontrar el mítico Último Deseo y restaurar sus nueve vidas".

Es un largometraje de animación atractivo, colorido y, visualmente innovador, con algunas escenas de lucha y persecución trepidantes. Hay gags que van desde los cuentos clásicos de hadas a una larga lista de escenas míticas de películas de fantasía y ciencia ficción, pero no tanto como un plagio, sino como un homenaje a los mismos.

La película empieza con una trepidante secuencia inicial al más puro estilo James Bond, que a todos los espectadores dejará sorprendido por la calidad de animación que se ofrece, a la par de ir construyendo un relato de aventura, emoción y adrenalina sin igual que supera con creces al filme original. La calificaría como Obra Maestra de DREAMWORKS, con un guión nítido y perfectamente planteado, para hacer que todo funcione de una manera tan sorprendente, como innovadora en algunos casos.

Como comentaba mi hijo nacho a la salida del cine, uno de los puntos más fuertes de esta película no es solo su trama sencilla, pero al mismo tiempo magistral y muy bien conseguida, sino la encarnación de la muerte en un lobo solitario, como el villano principal; Un personaje magistralmente adaptado al mundo caricaturezco de DreamWorks, no sé pudo representar mejor a "la muerte" como un lobo, que puede poseer múltiples referencias como por ejemplo: Un canino sería el "enemigo" de un felino (El gato). El lobo siempre camina en manada, y si no lo hace, muere o evoluciona a un lobo solitario con mayores capacidades que el resto, y lo mejor de todo es como se muestra a la muerte con su sonido musical representativo, ese silbido es mágico e hipnótico, como espectador ya sabes que el lobo está al acecho cuando comienza a sonar ese silbido, es brutal.

No sólo estamos ante una obra maestra de la animación a secas, estamos ante una obra maestra del Cine en mayúsculas, que es altamente recomendable ver en el Cine o ante una pantalla muy grande y con el móvil bien apagado.

Cuando la ví a finales de los 80, sólo era un poco mas joven que los protagonistas y desde aquel día la tengo en mi colección de pequeñas grandes joyas de los años 80, dentro del género de una comedia romántica con la que me sentí muy identificido. Actualmente no sólo se ve como un fiel reflejo de los peinados, la moda y la música de los 80, sino que refleja muy bien una serie de valores que por desgracia no abunda mucho en la Sociedad actual.

Tom Hanks produce junto con su esposa Rita Wilson el remake de la cinta sueca Un hombre llamado Ove (basada en la novela de Fredrik Backman). Se trata de una historia sencilla, pero con algunos momentos repletos de humanidad a lo “Frank Capra”, esto unido a la magistral interpretación, como siempre de Tom Hanks, uno de los mejores actores de la Historia, sumado a la no menos fantástica y super natural interpretación de Mariana Treviño, que bien podría recibir el Oscar al de Mejor Actriz Secundaria en la gala de los próximos Oscar, por su papel de vecina hispana, son alicientes más que suficientes para ir a verla, teniendo en cuanta la crisis de buenas películas en cartelera en la que estamos inmersos desde hace años.

Marc Forster ha sido el encargado de trasladar la agridulce trama a Estados Unidos, y en general se ajusta al original, aunque perdiéndose algo del sentido del humor negro y macabro, probablemente bastante nórdico, y concediendo menos espacio a los flash-backs, donde se recuerda la bonita historia de amor del protagonista.
Se han introducido variaciones anecdóticas respecto a la historia original, por ejemplo: los nuevos vecinos son hispanos en vez de iraníes, asoma la inmediatez y presión del periodismo de redes sociales, tan presentes en estos tiempos y hábilmente utilizadas para defender algunas buenas causas de la trama.
Aunque la historia en sí no es nada del otro mundo, sólo por la interpretación de Tom Hanks y Mariana Treviño, bien merece la pena verse.

Hacía tiempo que tenía pendiente de ver, una de las muchas películas que seme escaparon en su día, en este caso “La Juventud” (2015), del Director italiano Paolo Sorrentino. Si en su película anterior “La gran belleza” (“La grande belleza” 2013), hablaba de la decadencia de la Sociedad, del cansancio, a través de la figura de un escritor encarnado por un actor habitual en sus películas como es Toni Servillo; En “La Juventud’ recurre a un esquema parecido, pero alcanzando diálogos más profundos. Las artes elegidas esta vez son la música y el cine, apreciadas desde muy diferentes puntos de vista. Los maestros de ceremonias, en este caso son los legendarios Michael Caine, interpretando a un prestigioso Director de Orquesta ya retirado y Harvey Keitel un Director de Cine también ya retirado, entre los que asistimos a magníficos diálogos y reflexiones en muy buena armonía, aunque con sus respectivas discrepancias, casi siempre bello, realista y a veces muy crudo, elevándola a cine de gran calidad.

Esta película, que estuvo nominada a mejor película extranjera en 2015, bien habría merecido las nominaciones a Mejor Actor principal, con el siempre magistral Michael Caine, Mejor Fotografía, Mejor Montaje del habitual colaborador Cristiano Travaglioli, y Mejor guión original.

En esta película ambientada en un Balneario de super lujo en Suiza, la vejez y la juventud se miran de frente, futuro y pasado se dan la mano, cultura e ignorancia se abrazan. A Sorrentino le gustan los contrastes, tal y como queda plasmado en muchas escenas de “La juventud” . Por ejemplo: el Director Sorrentino coloca la cámara a ras del agua para que veamos dos “versiones” del mismo personaje, el de la superficie y el de debajo del agua, que sirven para narrar la historia de dos hombres en los últimos años de su vida, enfrentados a sus fantasmas pasados, profesionales y personales, mientras observan a los demás personajes que pueblan un balneario que parece hecho para reflexionar. Sobre la vida. Sobre el amor. Sobre la gloria artística. Sobre el olvido. Sobre el futuro y sobre el pasado. Con ejemplos y metáforas tan curiosas como la que pone en práctica Harvey Keitel en un mirador, con los actores que están trabajando en su película.

En esta película se lleva a cabo una preciosa y original conexión con el ARTE, en mayúsculas, que es la única verdadera herencia del hombre, para las generaciones venideras. Además de las reflexiones efectuadas por Ballinger (Michael Caine) con su música, o Boyle (Harvey Keitel), que quiere filmar su película testamento: O en el papel al que da vida Paul Dano, un actor famoso que está preparándose para su siguiente personaje. La preparación para el futuro, mientras en el balneario un viejo Maradona juega con una pelota de tenis, o llega para pasar unos días la mismísima Miss Universo, para disfrutar de una estancia de lujo, como parte de uno de los últimos premios que ha recibido.

Sin lugar a dudas, una de las peores películas de acción de los últimos años. Movimientos de cámara mareantes y en demasiadas ocasiones tomas desenfocadas; en muchas escenas de combate, la cámara está tan encima que no se ve nada. En algunos tramos, pretende transmitirnos un mensaje filosófico y profundo, que no llega ni a manual de autoayuda de tres al cuarto. Tomas y personajes absurdos, y fuera de lugar, como los que supuestamente le ayudan en el último tramo de la película. La historia de venganza no se sostiene, ni llegamos a empatizar nunca con el protagonista.

Dinero y tiempo desperdiciado. No sólo recomiendo fervientemente no ir a ver esta película en el cine, sino que ni siquiera os toméis la molestia de verla en plataforma cuando salga. Calificarla de "muy mala" es quedarse corto, por no emplear una expresión mas contundente.