Dándole la vuelta a las películas en las que Cary Grant interpretaba a un amable, educado, elegante y cariñoso publicista, esposo y padre de familia con una sonrisa permanente en los labios, nos encontramos a Don Draper, sus compañeros, su compañía publicitaria, reuniones llenas de humo de cigarrillo y grandes dosis de alcohol, las secretarias 'cuasi floreros' testigos mudos de las evoluciones de sus jefes varones, las esposas perfectas que esperan en casa perfectamente vestidas con la cena lista, los hijos que apenas ven y todo un mundo de intrigas, envidias, manipulación, enormes sumas de dinero y algún que otro oscuro secreto dentro del feroz y todopoderoso mundo de la publicidad estadounidense de los años 60.

Primero fue Deliciosa Martha, preciosa película, después Sin Reservas, que no llegaba a la altura pero se dejaba ver.

Y finalmente, de postre, 'esto', que no sé si llamarlo soufflé bajado, porque los soufflés tienen más categoría que este mejunje difícilmente digerible.

Añadiendo el toque del gay que últimamente no puede faltar, que es como el perejil del Arguiñano.

Qué chistes más malos, qué guión tan ordinario, de cada 5 palabras 6 eran guarradas, qué manera de banalizar la relación con los hijos, qué sobreactuaciones más sobreactuadas.
Y sobre todo qué pena de dinero invertido en semejante subproducto pretendidamente humorístico.

Y luego se quejan de que no va gente a ver cine español. Es que este tipo de 'cine' lo pide a gritos.

Lo mejor: el restaurante y las recetas
Lo peor: el resto. Pena de interpretaciones en general

Un gran libro (de apenas 150 hojas, pero con un contenido grandioso) a veces da lugar a pequeñas joyas de la cinematografía. Una pena que ni es conocida ni valorada como merecería. Grandes interpretaciones, especialmente la de Anne Bancroft. Hopkins me pega menos como Frank Doehl. Son las pegas de leer el libro antes.
Perfecto puente aéreo histórico-literario entre Nueva York y Londres.

Me encanta esta película, y todas las de Cary Grant. Su cara tras ser "rescatado" de la habitación de su casa aun en obras es lo mejor de la cinta.
El guionista de ESTA CASA ES UNA RUINA se inspiró claramente en esta historia. Pero Tom Hanks dista mucho de ser Cary Grant.
Una gran película que te deja con la sonrisa en los labios y alguna que otra carcajada.

Fantástica película basada en una obra de teatro. Se nota puesto que la acción transcurre en solo dos ambientes cerrados. Cary Grant da rienda suelta a sus dotes cirsenses, aprendidas en su años mozos en Inglaterra. Y junto con Katherine Hepburn da vida a una de las mejores escenas dentro de la película: la fiesta en la pequeña sala de juegos.

Imprescindible película para cualquier cinéfilo que lo sea de verdad.