El misterio, la intriga y la incertidumbre iniciales son muy buenos. El personaje de Antonia te cautiva en esos arreones iniciales, hasta que te saca de la historia un mal de nuestros días, los clichés, lo políticamente correcto, lo que algunos llaman el wokismo y hasta algún gazapo.
Empiezan a caer en la trama personajes que son empresarios malvados, policías malhablados y torpes, relucen el protagonismo de la homosexualidad del inspector y un salvavidas en forma de tatuadora racializada que planta marihuana en la trastienda.
Eso si, la producción es generosa y se nota, así que, para ser española, está bien para evadirse un par de ratos.

Desde Lost no había visto algo así.

No he terminado de verla y he entrado para escribir esto. La verdad, me da pena que se acabe.
Es una lástima que hayan hecho este formato en 8 episodios, aunque a lo mejor en eso está su encanto.
Ya estoy pensando en si la dejarán abierta a una segunda temporada y fastidiará el engagement.
Volveré a entrar para escribir la crítica definitiva.
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Una vez he terminado de verla, estoy en condiciones de decir que flojea en los dos últimos capítulos. Mucho hype en ciencia ficción de calidad, mezclada con ciencia real, intriga y giros de guión que la hace muy atractiva en los dos primeros tercios de los capítulos, aunque al final me ha dejado un regusto raro, que me recuerda a la ciencia ficción cutre con pretensiones.

Soy un fanático de las series y películas sobre crímenes reales. He visto todo lo que ha habido y hay online.
Uno de los elementos que más me gustan es la investigación. Especialmente si se trata de un crimen que ha sido difícil de resolver, si se ha resuelto, me encanta conocer cómo han conseguido los investigadores llevar a un criminal ante un Juez.
En el caso de este título, lamentablemente creo que han convertido la película en un homenaje al feminismo y a la Ley del solo si es si.
Un true crime sobre este caso, enfocado en las pruebas, la crónica judicial y la víctima, hubiera sido genial. Podían haber hecho un documental.