La rutina manda y como cada lunes asistimos a la sesión de las 19:30 en el cine. Emitían La Gran Boda. De Niro, Robin Williams, Diane Keaton. Dimos un repaso rápido al elenco de actores y pensamos que aunque la película perteneciese al prostituido género de comedias románticas, no estaría mal. Bueno, pues parece que nos equivocamos. Un guión sin sentido, un par de escenas torpes de sexo, la supresión de cualquier atisbo de sentimiento en la interacción de los personajes y numerosos clichés dignos de una película porno de serie B hacen de este film todo un despropósito.

Otro fracaso más, Hollywood style. Uno de la larga y lamentablemente cada vez mayor lista de fiascos. Basado en la premisa de que es suficiente la reunión de un montón de actores estrella para conseguir un éxito en taquilla. La sensación que da es que el presupuesto de la película se lo han fundido en pagar sueldazos a los interpretes de renombre y que solo han sobrado 100€ que se le han pagado a un becario adolescente obsesionado con el sexo para escribir la historia.

Si me preguntasen por la persecución de coches más memorable, no tendría ninguna duda en responder: el Mustang y el Charger, las calles de San Francisco… BULLITT. Una película poderosa y fascinante cuya elgogiadísima (y con razón) persecución de autos es inigualable hasta el día de hoy.

Aunque cuenta con un elenco de actores envidiable, no nos engañemos, la estrella es Steve McQueen. Ese policía antiheroe (algo así como Harry el sucio) llamado Frank Bullit es la hostia. Ved la película y entenderéis porqué al señor McQueen lo llaman “The King of Cool”.

A veces los niños mienten. A veces la gente cede ante la histeria colectiva, y pierde el sentido de la razón. A veces esa gente destruye vidas inocentes.

Hace un par de días que volví del cine de ver La Caza y su desgarradora trama todavía resuena en mi mente. Con una imaginación fértil, la infantil indignación de Klara ante un comportamiento trivial de su profesor Lucas la lleva a hacer una acusación fortísima en su contra. El mundo de Lucas se derrumba y él se tritura en silencio. Se manifiestan las heridas físicas y emocionales de la calumnia y la venganza por un acto que no ha cometido. La tragedia es explícita, inevitable. Es un reto no gritar improperios a la pantalla, o susurrárselos al espectador de al lado, ante la impotencia. Un “No seas estúpido, Lucas”, o “jodida cría” salen de nuestro interior, suponiendo que los mensajes traspasarán la pantalla y tendrán algún impacto en el guión. Como si la película no se hubiera grabado ya hace meses.

La sensibilidad en la dirección de Vinterberg, las actuaciones de primera clase y la cinematografía, perfecta, que crea un ambiente de tensión inquebrantable durante toda la grabación, hacen que sea una película fetén.

Gaspar Noe siempre provoca una sensación bastante fuerte con sus películas y mediante su visión, estilo, técnica, transgresión y violencia hacen que consideres otras variables más allá de la simple decisión binaria del me gusta/no me gusta al verlas. Noe puede repelerte con atrocidad o aturdirte con la belleza. Ver sus filmes no es desde luego una actividad pasiva.

Con Enter the Void, Noe crea una obra altamente sensorial, alucinógena e hipnótica. Si la ves con caladas o copas de más te resultará la mayor paranoya de tu vida. Luces de Neón, un personaje habla con su hermana antes del viaje de DMT (Dimetiltriptamina, uno de los alucinógenos más potentes que existe) que le espera, el cual sirve como prólogo de su muerte y posible renacimiento posterior.

Vacaciones en Roma es una película sencilla y deliciosa sobre una joven princesa de algún país europeo sin nombre que se cansa de su rutina programada y quiere un descanso de la misma. En Roma, la princesa Audrey finge una enfermedad y sale corriendo para disfrutar y divertirse, cuando conoce a un reportero americano (Peck). Y….hasta ahí puedo leer…

Esta encantadora comedia con Roma como telón de fondo es famosa por ser culpable de que medio mundo saliese corriendo a comprarse una vespa y la otra mitad se enamorase perdidamente de Audrey Hepburn. Ella fue la estrella de las estrellas. Tenía encanto, inteligencia, elegancia y belleza. Una sola mirada de esa mujer podía desarmar al mismo Gregory Peck para siempre.