Coge todas las películas de romanos que conozcas, añádeles litros y litros de sangre, violencia, sexo, músculos, sudor, conspiraciones, una pequeña dosis de romance, un argumento básico y...voilà!
Así de simple es esta serie. Avanza lo justo para que no parezca que está en el mismo punto aunque el fin siempre sea terminar en la arena peleándose y, sin embargo, tiene una forma de enganchar que me tiene viendo un capítulo tras otro.

No será una serie de culto pero entretiene que da gusto.

Nada más salir el piloto me atreví a verlo y me decepcionó. El final de BSG estaba demasiado reciente y, quizás, esperaba algo más en su línea para suplir el hueco que había dejado Galáctica. Cuando la serie comenzó a emitirse semanalmente decidí darle una segunda oportunidad ya que juzgarla en su totalidad por un sólo capítulo no me parecía justo y más teniendo algo que ver con BSG. Vi el segundo y algo me hizo querer ver el tercero, después el cuarto, el quinto, el sexto...y así sucesivamente. No es fácil contar el comienzo de algo cuando ya tienes un final cerrado y te tienes que ajustar a él pero se nota que capítulo a capítulo las piezas del puzzle van tomando forma y encajando en lo que puede ser el comienzo de una grandísima serie que estará a la altura de BSG y que tiene toda la pinta de no decepcionar tanto a los millones de seguidores que Galáctica dejó huérfanos como a los que se atrevan a verla sin saber nada de los cylons.

Dadle una oportunidad, no os arrepentiréis.

Serie imprescindible. Un must en toda regla que debería ver todo el mundo. No hay buenos, no hay malos, todos son buenos y malos en algún momento.
Los protagonistas son antihéroes: un profesor de química con cáncer que no ha despegado en la vida y su ex-alumno drogadicto. Ambos se meten en el mundo de 'cocinar' meta sin tener una idea clara de lo que eso significa con sus consiguientes consecuencias.
Actorazos todos y cada uno de los que componen la trama, desde los amigos drogatas hasta los protagonistas que consiguen que nos creamos que dos personas tan opuestas como son ellos puedan formar unos lazos tan estrechos y raros.
Una pena que la serie esté pasando sin pena ni gloria por falta de promoción porque es de lo mejorcito que se puede encontrar ahora en televisión.

Recomendación: Ver en VOS ya que con el doblaje se pierden muchos matices.

Sólo con ver que la protagonista es JLD, ya debería ser motivo suficiente para tener ganas de ver la serie y darle una oportunidad, pero por si algún casual de la vida no lo es, aquí os dejo cinco motivos:

1. Es refrescante, ligera, divertida, dinámica.
2. Cada capítulo dura apenas 20 minutos por lo que se te pasa volando.
3. Los actores se combinan a la perfección y recrean un ambiente perfecto.
4. La vida de Christine es tan caótica que sirve de terapia para nuestras propias miserias.
5. ¿He dicho ya que sale Julia Louis-Dreyfus?

La única pega que le puedo poner es que fuera cancelada sin darle un final digno, pero, por lo demás, es una serie que se merece todas las alabanzas posibles.

El que tenga pensado verla esperando algo en la línea de Doctor Who ya puede ir quitándose esa idea de la cabeza. Si bien es cierto que para entender varias cosas es necesario haberla visto, (por lo menos las tres primeras temporadas), no son series comparables ya que Torchwood posee una línea argumental completamente independiente con tramas mucho más oscuras y adultas.

Se podría decir que la primera temporada es la que más cojea con alguna que otra irregularidad, pero aún así aprueba de sobra. La segunda temporada sube el listón bastante y la tercera con sus cinco únicos episodios es sencillamente genial.

En resumen, Torchwood es una serie de ciencia ficción a lo británico con toques de humor y drama que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones americanas. Muy recomendable para los amantes de este género.