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España España · Terra Incognita
Críticas de Electric Eye
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
6
17 de agosto de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente, señoras y señores, creo que cualquier artista vendería su alma por poder hacerse con un pequeño fragmento de la macabra imaginación de ese maestro que porta el nombre de Clive Barker. Habiendo visto “Hellraiser”, y tras contemplar el espectáculo monstruoso que ofrece “Razas de Noche”, debo de quitarme el sombrero ante el amo del horror. La película hace gala de unos efectos especiales bastante efectivos incluso hoy en día, en los que titanes como “Avatar” o “Matrix” han puesto el cetro en una montaña muuuuuyyyyyy alta. El desfile de criaturas que aparecen a lo largo del film es impresionante, un auténtico derroche de imaginación y arte, que hará las delicias de los aficionados a la fantasía y lo grotesco. Aquí encontramos desde las criaturas más deformes y repulsivas, hasta seres que poseen una extraña belleza. Pero todos ellos poseen una dimensión humana muchísimo mayor que la de los antagonistas de la película, nuestros congéneres, simples demonios exterminadores, reflejo de la maldad intrínseca al género humano. Por desgracia, esto no basta para evitar que las paredes que sostiene el film se desmoronen a causa de los numerosos agujeros presentes en ellas. Aunque empieza de forma prometedora, augurando un argumento sólido y rico, pronto nos damos cuenta de que todo ello no era más que una ilusión, y el fascinante trasfondo que ofrece el mundo de Midian se desperdicia en favor de la búsqueda de Lori de su novio Boone y sus intentos para recuperarle. ¿El resultado? Un argumento insulso que en ocasiones da la sensación de desaparecer por completo. Y hablando de Lori y Boone, decir que hacía tiempo que no me encontraba con unos protagonistas tan memos. Venga ya, si es que dan ganas de partirles la cara. ¿Alguien tiene alguna duda de que lo joden todo? Cualquiera de los monstruitos tiene más carisma que ellos. Y así avanza la película, hasta que llegamos a un final bastante apresurado que termina por rematar al moribundo. Todo un ejemplo de cómo las buenas ideas pueden desperdiciarse por completo. Pese a todo, me veo obligado a colocarle un 6, debido principalmente a la genial atmósfera que destila la película, en agradecimiento a Barker, por intentar al menos hacer algo imaginativo y distinto, y, sobre todo, por los habitantes de Midian, que creo que se merecían algo más que esto.
Electric Eye
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6
23 de agosto de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habiendo leído las críticas existentes sobre esta película, uno podría decir que se ha llevado de todo: elogios, palos, gruñidos, asentimientos, y algún que otro encogimiento de hombros. Sin embargo, la sensación que observo como predominante, y a la que me uno, es que nos encontramos ante un producto mediocre, que ofrece algunos puntos de luz en un mar gris y monótono. Típica película de terror de los últimos años, en los que el terror aparece como un pequeño componente bastante diluido en casi todos los films que pertenecen (o eso dicen) al género. El argumento nos presenta a una eminente psiquiatra que de repente se ve internada en su propio centro, sin saber el cómo o el porqué. A partir de ahí, deberá averiguar lo que se esconde tras su internamiento. Historia interesante, pero que podría haber llegado a más. A mi parecer, todo el misterio, los puntos que más juego podrían haber dado, se clarifican con excesiva rapidez, privando al film del suspense y la intriga que hubiesen mejorado el desarrollo de la historia. Una doctora encerrada en su propia institución, desconocedora de todo, podría haber dado para un argumento de terror psicológico y desquiciante estupendo, pero todo ello son simples esperanzas y posibilidades perdidas, arrojadas por la borda en favor de un argumento más convencional, que tira del terror facilón y vacuo. Los sustos que encontramos de cuando en cuando son poco originales y manidos, aunque después de todo cumplen su función de hacernos pegar un bote del asiento. La atmósfera oscura de la película, en especial en el sanatorio, ayuda a construir una sensación opresiva que da algunos puntos al resultado final, aunque reitero que esto también podría haberse mejorado, pues un psiquiátrico es un emplazamiento ideal para transmitir un aura enfermiza y macabra. Todo en esta película podría resumirse en eso: lo que pudo ser y no fue. Todo daba para más, pero Kassovitz escogió el camino fácil, y eso le ha pasado factura. En favor del argumento, decir que cómo desemboca al final no me lo esperaba, pero por lo demás no llama la atención. Por fortuna, tanto Halle Berry como Penélope Cruz se salvan de la quema, brindando unas buenas actuaciones que por desgracia no consiguen levantar el resultado final. En cuanto a Robert Downey Jr., nada especial, mostrando una química inexistente con la Berry. Los demás en la línea, cumpliendo su papes y poco más (aunque está claro que no se les puede pedir el mismo esfuerzo).
Supongo que no queda nada más que decir. Otro film secuestrado por el hombre del montón. Dudo mucho que alguien se moleste en pagar el rescate.
Electric Eye
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7
16 de agosto de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un mundo en el que los asesinos de masas son elevados a la categoría de superestrellas, convertidos en los inmortales ídolos de miles y miles de zombis sedientos de más y más carnaza ofrecida por los medios a través de las pantallas de televisores de todo el mundo, una distopía extraña y aterradoramente cercana a nuestro propia realidad, nos encontramos con Mickey y Mallory Knox, una pareja de dementes carniceros que disfrutan de su amor y del salvaje placer de crear un mar de sangre allí donde pasan. Los héroes de multitudes enfervorecidas. Un producto de consumo en un sistema en el que el bien y el mal, la ley y la justicia, la cordura y la locura, se mezclan y transmutan a la enloquecida velocidad de un demencial baile de máscaras. Esta es la premisa bajo la cual Oliver Stone nos presenta ‘Asesinos Natos’, un controversial y bizarro filme al que cuesta poder emitir juicio alguno de forma más o menos coherente, dada sus inusuales formas. La verdad es que cuando leí que estaba dirigida por Oliver Stone, con un guión de Tarantino, se me antojó una mezcla algo rara. Ambos son para mí grandes directores, pero en mi opinión era algo que no cuajaba. Claro que Stone retocó el guión, para disgusto del original autor. Pero aun así. Sin embargo, tras ver ‘Asesinos Natos’, no puedo sino asentir con la cabeza ante este interesante experimento cinematográfico que casi parece un sucedáneo del LSD. Multitud de estrambóticas escenas, a cada cual más extraña, desfilan ante los ojos del desprevenido espectador, penetrando en nuestros cerebros con la fuerza de una jeringa bien cargada. Básicamente, nos internamos en las mentes de esta ¿simpática? pareja de asesinos, observamos sus vivencias, sus matanzas, sus pensamientos, sus motivaciones, etc. En algunos momentos es casi imposible no echar algún que otro bostezo, aunque inmediatamente después algún que otro crimen levanta al ritmo. Todo ello a ritmo de videoclip, hasta que finalmente llegamos al explosivo final, una auténtica detonación que pone el punto y final a un viaje psicodélico. Aquí el argumento es poco menos que una mera excusa para juntar todas las imágenes que a Stone se le hayan ocurrido, pero el resultado es altamente satisfactorio. El elenco de actores cumple su trabajo con nota, destacando el genial Robert Downey Jr. y el veterano Tommy Lee Jones, con unas sobreactuaciones que sientan de perlas a sus personajes. La banda sonora es excelente, acentuando la estética videoclipera del film y creando una atmosfera envolvente. Por supuesto, el mensaje que transmite la película merece toda la atención del mundo, sobre todo hoy en día, aunque queda demasiado diluido entre los litros de sangre que corren por la pantalla. Sinceramente, casi tendría el mismo resultado si te pusiese a ver videos musicales en Youtube, pero, ¿desde cuándo eso es malo? Película para disfrutar y captar, si tienes una mente mínimamente abierta.
Electric Eye
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7
23 de agosto de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bruce Lee, Jackie Chan, Jet Li, Tony Jaa. Una estirpe de grandes maestros de las artes marciales que dieron el salto a las pantallas de cine y televisión, conquistando al público (que no a los críticos) con sus prodigiosas dotes para la lucha. Bruce Lee instauró la corona, y durante mucho tiempo el dios pareció inalcanzable en su trono, protegido por la leyenda. Jackie Chan era un digno heredero, pero la sombra del maestro era demasiado larga, y escogió un camino alternativo: el de la risa. De ese modo, escaló una montaña distinta a la de su antecesor, pero desde la cual podía mirar de tú a tú al rey. La saga continuó, y grandes aspirantes llegaron. Pero ninguno parecía capaz de plantar cara a los grandes colosos, salvo alguna honrosa excepción que parecía capaz de labrar su camino. Y he aquí que de la nada, de la tierra de Tailandia, inexistente para muchos, surge una figura llamada Tony Jaa…Y la masa se rinde a sus pies. Aquí está su nuevo ídolo, el salvador, el futuro, la promesa. Jaa parece capaz de sacudirle al gran Bruce Lee como si fuese un saco y luego ponerse a hacer pesas con las cabezas de Jackie Chan y Jet Li. Su habilidad parece algo sobrehumano, un regalo de los dioses. Y eso es lo que hay que tener en cuenta a la hora de ponerse de disfrutar de Ong Bak. ¿Argumento? En un pequeño pueblo de Tailandia, unos gánsteres roban la cabeza de Ong Bak, la deidad local. Y encargan la tarea de recuperarla al mejor guerrero de la aldea, el joven Ting. A partir de ahí una sucesión de pelea tras pelea en la búsqueda de Ting para recuperar la reliquia. Guión escrito en una noche. ¿Actuaciones? Nos encontramos con una amplia gama que registros que va desde lo regular hasta lo muy malo. Pero la verdad es que tampoco es algo que se note mucho, ya que no es a lo que más atención se presta en este film. Fotografía y efectos especiales (escasos) tampoco destacan mucho. Pero realmente debo preguntarlo: ¿a alguien interesado en esta película le importa todo esto? Película de artes marciales. El nombre lo dice todo. La cuestión es realizar unas peleas capaces de mantener la atención del espectador en lo que dura la película. Y eso es algo que Ong Bak sabe hacer, y muy bien. El absorto público no puede sino contemplar con la boca abierta las fantásticas peleas que el señor Jaa borda, haciendo gala de una técnica mortal. Sin duda alguna, Ong Bak contiene algunos de los combates más espectaculares y violentos de los últimos tiempos. Y eso, señores, es lo único que necesita. Dejen los argumentos profundos y desgarradores para otras obras.
Electric Eye
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6
24 de agosto de 2011
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Todo gran viaje comienza con un pequeño paso. Pocas máximas poseen un fondo tan sincero como este. En efecto, esta película marcó el devenir de la carrera del por entonces joven Jackie Chan, señalando el rumbo que tomaría a partir de entonces su carrera: filmes en los que las artes marciales y las elaboradas coreografías iban de la mano de la comedia y las risas. Aunque Jackie ya gozaba de un notable éxito y fama en Asia, el resto del mundo constituía una fortaleza aún por conquistar. Viendo el resultado, podemos decir que eligió el camino adecuado, convertido en un auténtico ídolo para millones de personas, con taquillazos como la saga Hora Punta. Pero, ¿qué ofrece este pequeño pedazo de nostálgico paraíso perdido?

Wong Fei Hung es un joven que domina el arte de la lucha. Sin embargo, sus trastadas le buscan innumerables problemas, hasta que su padre, harto, le envía con su tío Sam Seed para que aprenda algo de disciplina. Con él, aprenderá la técnica de los Ocho Dioses Borrachos, que le permitirá deshacer errores cometidos en el pasado. Un argumento sencillito y bastante tópico dentro del mundillo del cine de artes marciales, es decir, el joven discípulo que aprende de un gran maestro para vencer a los enemigos de turno. Sin embargo, el tono de comedia del filme añade un poco de color al guión, haciéndolo más digerible, más cuco. Las bromas están muy presentes a lo largo del largometraje. Algunas consiguen arrancarte una sonrisa, y otras pasan más desapercibidas, pero en conjunto dotan al filme de una nota más simpaticona. A ello ayudan los personajes, carismáticos y extravagantes como solo en una película de estas características podría haber, muy sobreactuados. Así que no busquéis interpretaciones de diploma, que no hay, ni falta que hacen. El tiempo, sin embargo, ha pasado factura a los combates, el principal atractivo de la película, y hoy en día resultan algo ingenuas, aunque tienen un encanto añejo inigualable, con esos golpes sonando como si se estuviesen partiendo ramas de un árbol a martillazos. La música y la fotografía, así como los escenarios, están bastante bien, transportando al espectador a un mundo oriental, exótico e idílico, en el que es imposible no sentirse a gusto. Un regalo para los sentidos, en este aspecto.

Película que hará pasar un rato delicioso a todo aquel que sea capaz de ver más allá de su argumento, y sumergirse en un pequeño remanso de paz, mientras contempla el nacimiento de la leyenda que hoy es, Jackie Chan.
Electric Eye
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