Decía el padre Pablo d´Ors en Biografía del silencio, que idealizar un recuerdo es siempre peor opción que la realidad. Pero en esta secuela de Frasier el humor culto y refinado que tenía en su serie original y en Cheers, era maravilloso y ya no lo es porque no tiene buenos compañeros de plato, que eran los que acompañaban su pedantería en una u otra dirección. Han pasado más de veinte años y la formula ya no funciona.

Kelsey Grammer sigue teniendo un humor físico envidiable a sus casi 70 años y en algunos capítulos es ciertamente divertido. Pero la decepción viene no solo por el paso del tiempo, creo firmemente que no tiene unos buenos guiones y no tiene un buen reparto. Las comparaciones son odiosas y a excepción de Nicholas Lyndhurst, a todas luces un cómico de raza, el resto del reparto actual no tiene gracia, no acompañan al personaje ni generan divertimento al espectador.

Hay un par de cameos en esta primera temporada, pero el problema de esos cameos es que resultan muy forzados y son poco creíbles.
La serie original tenia un elenco de actores increíblemente graciosos, que funcionaban como un reloj suizo, empezando por su hermano en la ficción que es uno de mis personajes preferidos de todos los tiempos. Había mucha química humorística entre los personajes, por eso fue un éxito durante once años.

Me quedo con el recuerdo y con seguridad volveré a ver la serie completa, la primera.

Un lujo de anuncio con Brad Pitt haciendo el payaso y pasándoselo bien. Su atuendo amarillo como de toalla, es muy gracioso, la canción Poupée de cire poupée de son, te traslada a los años sesenta. La facilidad que tiene Wes Anderson para crear un escenario lleno de detalles y para reflejar la vieja Europa hace de este anuncio una pequeña joya.
Por lo visto está inspirado en una película francesa de Jacques Tati, de mediados del siglo pasado, habrá que verla.

Tediosa película sobre la soledad, con esa premisa es difícil que resulte entretenida, pero es que el director Reed Morano, ni siquiera lo intenta. Lo único que se salva son las interpretaciones y la música, el resto es un guion malo y aburrido, una historia que plantea un futuro cercano y apocalíptico donde una pandemia a diezmado a la población humana. Es difícil no asociar esta historia a la situación por la que estamos atravesando, pero a pesar de los pocos actores que tiene, no consigue que el protagonista nos despierte simpatía, también es culpa mía porque confundí a este actor con el cómico Warwick Davis y esta película tiene poco de comedia.
Interesante el corto papel de Paul Giamatti, uno de los mejores actores secundarios en activo.

Al final hay varias líneas argumentales que no concluyen bien o directamente se quedan sin cerrar en esta distopía mal contada.

Ayer vi por fin la película del año y la que pensé que sería una de las mejores películas de mi vida, y como me temía las altas expectativas me decepcionaron. Pasa a veces con el cine y aunque ha habido alguna vez donde la película ha superado las expectativas, recuerdo Pulp Fiction y la serie Breaking Bad.
Pero Joker aunque una muy buena película, me ha dejado un poco frío. Quizás el guión no estuviera a la altura de otras películas que están en el top de las mejores de la historia.

Es posible que la actuación de Phoenix este muy sobre actuada y esa sobre actuación es sin duda una genialidad, un descenso a los infiernos de la locura absolutamente perfecto. Una interpretación inolvidable, toda la película se centra en la interpretación del protagonista. Abusa de las escenas de soledad frente al espejo, bailando, pintándose o jugando con una pistola.

Tiene una muy buena fotografía, una ambientación de New York de los 80 muy creíble, una música cuidadísima.
Una apuesta fortísima y ambiciosa la que ha realizado Todd Phillips de convertir su película en una obra de arte directa al podio de las elegidas.
Bebe de otros clásicos del cine y no se esconde: El cazador, La naranja mecánica, por supuesto Taxi Driver, Un día de furia, American Psycho, El Caballero oscuro y Asesinos Natos, entre otras.

Quizás la vuelva a ver más adelante para apreciar mejor el conjunto de la sensación de caos que se va generando poco a poco y de la que el responsable el protagonista.
Lo que más me sorprendió cuando acabo la película fue el paso lento de locura a violencia que se desarrolla de manera sutil y sin darte cuenta el personaje pasa de ser un pobre e inofensivo enfermo mental, con valores muy humanos a perder todo vestigio de moralidad y convertirse el Joker.

Rober De Niro hace un buen papel secundario, un lujo, un homenaje del director, presentando una de las mejores actuaciones del cine y contar en la misma película con el actor que interpretó a Travis Bickle en Taxi Driver, una versión de locura justiciera rodada cuarenta años antes y en mi opinión, mejor película.

Aunque la película se acaba de estrenar, no se ha acabado. Ahora vienen los múltiples premios que recibirá, se va a llevar los principales Óscar de Hollywood con toda seguridad y aun puede batir récords de taquilla.
El paso del tiempo la pondrá en su sitio, en la comparación con el Joker de Heath Ledger pienso que Phoenix sale ganando, aunque El Caballero oscuro es mejor película a pesar de las mallas.

Lo del título en Sudamérica, aunque me hace bastante gracia me parece un total despropósito, Guasón ¿a quién bemoles se le ocurrió cambiarle el nombre a la película?

Muy destacable el humor negro que destila en chistes, conversaciones del guión que suavizan un poco el drama de locura que persigue al personaje.

Continuo con algún comentario en la zona spoiler

Cómo les gusta a los norteamericanos las películas sobre juicios. El drama judicial es un género cinematográfico en sí mismo. Y sí además están basadas en hechos reales, mucho más.

En está ocasión es un juicio sobre funerarias, un rico empresario demanda a otro empresario mucho más rico que pretende acaparar el mercado y acaban pegándose judicialmente hablando a ver quien la tiene mas grande.
En realidad, esta película trata sobre el salto a la fama de Wille E. Gary, esta dramatizada para dar más emoción y que no parezca un documental. Con este juicio este abogado afroamericano se hizo tremendamente famoso por vencer a un oponente mucho mayor y con muchos mas recursos. Es uno de los afroamericanos mas influyentes de EEUU y tiene el apodo de Matagigantes porque posteriormente ganó otro juicio millonario contra Disney y también otro milmillonario contra la tabaquera RJ Reynolds.

Es una historia similar a la que cuenta la película Erin Brockovich en donde Steven Soderbergh nos contó hace mas de 20 años a través de la interpretación de Julia Roberts, un juicio muy parecido. David contra Goliat es una historia bíblica y desde seis siglos antes de Cristo ya empatizábamos en las luchas del pequeño contra el grande, el bien contra el mal.

Jaime Foxx es un camaleón humano capaz de convertirse en otras personas y parecerse físicamente al original. En 2019 protagonizo otro drama judicial, en esta ocasión era un condenado a muerte, Cuestión de justicia se titulaba la película, también basado en hechos reales y su parecido con el injustamente condenado Walter McMilliam es asombroso.
Tom Lee Jones encuentra un papel a su medida, un actor con 77 años no tiene muchos papeles porque su edad le limita, no hay muchas películas para septuagenarios. Resuelve con oficio el papel de un hombre de familia con valores, peleón y con conciencia social hacia los mas desfavorecidos.
Me gustó mucho el personaje ficticio interpretado por Jurnee Smollett, una abogada inteligente que se enfrenta al protagonista y con quien mantiene un duelo muy interesante.
Alan Ruck irreconocible con bigote y pelo cano, también hace un buen papel de abogado con prejuicios raciales, resulta casi cómico. Destaca también entre los secundarios Mamoudou Athie, al que recuerdo catando vino un del 2016 viendo El Sumiller.

Resumiendo, es entretenida, vuelve a abordar racismo y los derechos civiles, una crítica feroz a los pocos escrúpulos de los poderos con los pobres y desfavorecidos. No aporta novedades, pero no te hace perder el tiempo, nunca está de más aprender la historia contemporánea viendo una película basada en la realidad.