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España España · Cinebulosa
Críticas de Sergio Roma
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Críticas 44
Críticas ordenadas por utilidad
8
1 de octubre de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un cineasta capaz de reflejar las contradicciones de una sociedad americana que camina rumbo hacia una nueva realidad, ese es sin duda alguna Clint Eastwood. El único director actual capaz de aunar de manera más o menos unánime a crítica (incluso los que ahora se suben al carro) y público ( especialmente tras “Sin perdón”) y seguir presentando obras que lejos de decepcionar siguen vislumbrando la capacidad y talento de un autor contemporáneo como pocos y con la esencia clásica necesaria para rodar con elegancia y necesaria –por momentos- sobriedad.

El veterano Clint Eastwood nos presenta en esta ocasión a un peculiar personaje (Walt Kowalski), ampliamente reconocible y que contiene todos los arquetipos clásicos del ciudadano americano irascible con el mundo que le rodea. Se trata sin duda, de una excelente síntesis de varios de los personajes que Eastwood ha llevado a la pantalla, constituyendo por tanto un sensacional ejercicio de exploración interna a través de unos personajes que como él han ido creciendo y aprendiendo a lo largo de los años. Nos encontramos en este sentido por un lado con un reflejo deformado de estereotipos que se han ido desarrollando en su carrera a través del thriller o del western especialmente en sus formas, y por otro con un mundo interior a descubrir, observar y en ocasiones cuestionar. Así, tenemos el espíritu vengativo de “Sin perdón”, en la misma medida que el carácter de eterno perdedor de “Million Dollar Baby”.
Si es cierto que se trata de la última interpretación de Eastwood en la gran pantalla, estamos sin duda ante un magistral testamento cinematográfico a través de un Kowalski que lucha consigo mismo y que conjuga todos los elementos para convertirse en el personaje definitivo a la hora de analizar a todos los demás. Una mezcolanza de sombras, temores, contradicciones, prejuicios, arquetipos y toda una serie de ingredientes donde encontrar al héroe americano contemporáneo en confrontación con ese espíritu de ruptura con el pasado y cierto alejamiento con el presente.

También cómo no, encontramos referencias cinematográficas clásicas como el Howard Hawks de “Río Bravo” en cuanto a la relación generacional, y literarias tanto en el Miller más autocrítico de sus “trópicos” como el Roth o el Mac Ewan más profundamente reflexivos con la sociedad contemporánea.

(Sigue sin "spoiler")
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sergio Roma
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8
6 de septiembre de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empleando técnicas puras y eficaces del videoclip, junto con aciertos narrativos, un buen reparto e interesante escenas, el debutante director Anton Corbijn nos presenta un más que aceptable biopic sobre la vida de Ian Curtis, y su banda Joy Division que triunfara allá por los años 70.

Todo parece cuidado al detalle y la pretensión de profundidad sólo se ve enturbiada por un guión (testimonios de su viuda) que da la impresión de no ajustarse a la realidad de una estrella de rock, que apenas tiene más problemas que los amatorios. Huele por tanto a un exceso de conservadurismo a la hora de emprender el trabajo biográfico.

Esto no empaña un resultado final excelente, muy efectivo y que sobresale principalmente por unos elementos formales apropiados y una majestuosa interpretación de Sam Riley en un papel que pareciera hecho a su medida y que da buena muestra de una preparación acorde con su profesionalidad. Una magnífica mutación personal y músical.

Un proyecto llevado a cabo con el acierto de elegir lo mejor y más apropiado tanto en el reparto como en el aspecto formal y que convierten esta sobria historia en un brillante retrato impresionista que gustará aunque no se conozca apenas nada de la banda.
Sergio Roma
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8
5 de junio de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay algo que caracteriza el cine del director de la Gran manzana, Sidney Lumet es su facilidad para desarrollar un estilo elegante, sobrio y no exento de interés en ningún momento. Sobre un guión en apariencia sencillo, pero eléctrico, Lumet elabora una historia emocionante, dramática y tensa, hasta el punto de conseguir un elevado momento de intriga que no decae a lo largo de toda la proyección.

El lenguaje narrativo es muy original, aunque ya empleado por Tarantino en su gran “Pulp Fiction”, aunque en esta ocasión llevado de manera más sencilla aquella traslación de tiempos y momentos narrativos. El espectador sabe perfectamente cuándo y por qué está sucediendo cada parte de la película y además en ocasiones se agradece esa vuelta atrás para llegar a entender ciertos aspectos que de otro modo pasarían más desapercibidos de lo debido.
Todo transcurre alrededor del robo y posterior asesinato en una joyería donde el plan –poco elaborado- se va al traste y obliga a una serie de improvisaciones de compleja factura.
Aunque la película es un conjunto, se narra desde el punto de vista de los personajes de manera unitaria, de tal forma que podemos ponernos en la piel tanto del inocente hijo menor, interpretado por el casi siempre correctísimo Ethan Hawke, como del desesperado y frío hijo mayor al que Philip Seymour Hoffman le otorga una personalidad minuciosamente elaborada para conseguir una credibilidad casi maestra. Junto a estas dos excelentes interpretaciones nos encontramos con el punto de vista femenino de la mano de la guapa Marisa Tomei que hace las veces de mujer sufridora, incapaz de darse cuenta de realidades y al margen de cualquier asunto importante.

Aunque se trate de un evidente thriller, Lumet quiere ir más allá y nos muestra el lado amargo de una descompuesta familia que sólo se une ante la desgracia y que aún así es una superficial unión con todos los visos para desquebrajarse al primer estornudo. Hay un drama que requiere cierta reflexión y una historia paralela pero muy unida que proporciona ingredientes necesarios para no hacer de “Hasta que el diablo sepa que has muerto” un mero film thriller. (Por cierto, interesante título sacado de un tradicional brindis irlandés que dice: “Y que llegues al cielo media hora antes que el diablo sepa que has muerto”).
Todo en conjunto hacen que estemos hablando de una gran película, entretenida, emocionante y digna de tenerla en cuenta este año.
Sergio Roma
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9
5 de junio de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Goza el cine realista en este comienzo de siglo de una excelente salud, con buena respuesta de público pero sobre todo una indudable aceptación de crítica.
4 semanas, 3 meses y 2 días se englobaría en un tipo de cine que sin llegar a ser estrictamente político sí reflexiona sobre su trasfondo, especialmente en los puntos más oscuros y olvidados de regímenes dictatoriales y situaciones conflictivas con sus correspondientes e inevitables secuelas. Esta película, por cierto inicia un ciclo del director rumano acerca del régimen comunista en su país y que se completará con 3 películas más.

Con un complicado tema como es el aborto en torno al cual gira toda la película, el director rumano Crstian Mungiu –del que no tenemos muchas referencias- recrea toda una serie de situaciones, conflictos morales, y sobre todo cruda realidad con una maestría digna de cualquier fotógrafo del alma humana. Los personajes son tan convincentes que obligan al espectador a ser partícipe de todo el drama y a posicionarse de una manera más o menos directa sobre lo que está sucediendo. En concreto, el personaje del médico clandestino es escalofriante, y le supone a dicho espectador una sensación tan incómoda que al mismo tiempo le hace cómplice del drama provocando despertar el instinto más humano.

Planos largos, pausados, sin la necesidad de resolver con impaciencia las situaciones, y silencios pasajeros rodean el film con la serenidad necesaria para que la narración alcance el tempo imprescindible y para lograr un equilibrio casi perfecto entre una acción moralmente violenta y una necesaria reflexión interior.

Películas con Grbavica del año 2006 de Jasmila Zbanic y esta misma que nos ocupa, despiertan fantasmas olvidados, rencores escondido y secretos ocultos de historias que un día pasaron desgraciadamente desapercibidas, y hoy contienen un interés propio del quién quiere conocer la verdadera historia de la humanidad con sus grandezas y sobre todo con sus miserias.

Sin duda alguna una de las mejores películas del 2007, y un esperanzador paso camino de un cine comprometido, inquietante y con mucho trasfondo social.
Sergio Roma
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6
21 de mayo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin llegar a analizar en exceso detalles a lo mejor sin mucha importancia, pero que no me gustaron, sí podría decir que en líneas generales estamos ante una película decepcionante.

En el sentido en el que pese a existir un interesante guión, la manera de ir desarrollándolo lo va encaminando a una simplicidad casi infantil y a unos acontecimientos tan convencionales como absurdos.

La dirección es discreta así como los demás elementos, y la interpretación de Will Smith es, como suele ocurrir cuando intenta ponerse serio, de escasa credibilidad; uno siempre está esperando la risa fácil antes que la lágrima forzada.

Fallido intento de conmover.
Sergio Roma
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