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España España · Cinebulosa
Voto de Sergio Roma:
9
Drama Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
5 de junio de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Goza el cine realista en este comienzo de siglo de una excelente salud, con buena respuesta de público pero sobre todo una indudable aceptación de crítica.
4 semanas, 3 meses y 2 días se englobaría en un tipo de cine que sin llegar a ser estrictamente político sí reflexiona sobre su trasfondo, especialmente en los puntos más oscuros y olvidados de regímenes dictatoriales y situaciones conflictivas con sus correspondientes e inevitables secuelas. Esta película, por cierto inicia un ciclo del director rumano acerca del régimen comunista en su país y que se completará con 3 películas más.

Con un complicado tema como es el aborto en torno al cual gira toda la película, el director rumano Crstian Mungiu –del que no tenemos muchas referencias- recrea toda una serie de situaciones, conflictos morales, y sobre todo cruda realidad con una maestría digna de cualquier fotógrafo del alma humana. Los personajes son tan convincentes que obligan al espectador a ser partícipe de todo el drama y a posicionarse de una manera más o menos directa sobre lo que está sucediendo. En concreto, el personaje del médico clandestino es escalofriante, y le supone a dicho espectador una sensación tan incómoda que al mismo tiempo le hace cómplice del drama provocando despertar el instinto más humano.

Planos largos, pausados, sin la necesidad de resolver con impaciencia las situaciones, y silencios pasajeros rodean el film con la serenidad necesaria para que la narración alcance el tempo imprescindible y para lograr un equilibrio casi perfecto entre una acción moralmente violenta y una necesaria reflexión interior.

Películas con Grbavica del año 2006 de Jasmila Zbanic y esta misma que nos ocupa, despiertan fantasmas olvidados, rencores escondido y secretos ocultos de historias que un día pasaron desgraciadamente desapercibidas, y hoy contienen un interés propio del quién quiere conocer la verdadera historia de la humanidad con sus grandezas y sobre todo con sus miserias.

Sin duda alguna una de las mejores películas del 2007, y un esperanzador paso camino de un cine comprometido, inquietante y con mucho trasfondo social.
Sergio Roma
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