Notable película que casi termina por parecer mala de tan excesivamente alabadoras críticas que recibe.

He leído sus virtudes en muchos de los comentarios anteriores. Es cierto, la conquista de la colina está rodada con indudable pulso y veracidad. Te engancha esta batalla donde lo ridículo del objetivo no hace sino engrandecer las tragedias individuales, donde los soldados son tratados con una profundidad y veracidad tan inusuales en las películas del género.

Pero, por haber sido mencionados tantas veces los aspectos positivos, creo más oportuno centrarme en sus vicios. Inevitablemente me retumba en la cabeza el desperdicio de celuloide de la última media hora. Y es que justo cuando piensas que has visto una gran historia de guerra, no la mejor, pero de las buenas, van y te sueltan media hora de filosofía de todo a cien: que por qué somos tan malos, que por qué nos hacemos pupa, que quién nos lleva a robarles la pelota a los pequeñitos para jugar nosotros. Con lo chachi que sería jugar todos, y dejarles ganar que les haría una ilusión!!!!. Pero en fin la humanidad es muy malita malísima, que le vamos a hacer. Eso sí, yo soy otra cosa, yo mira si seré sensible y solidario que acabo de hacer esta pedazo de peliculón, ¿te fijaste cuando el soldado descansa como dedica el tiempo a recordar a su AmoaLaura particular? era todo tan bonito... en fin, por simpleza es la simetría perfecta de... no sé... ¿Soldado Universal por ejemplo?

Mención aparte merece el reparto; como todos son famosos pues está que te cagas y a todo el mundo le parecen buenísimos. Y es verdad, Nick Nolte lo clava, Sean Pean es .... es perfecto, que os voy a contar... pero el resto no pasan de cameos, al estilo de cualquier trabajo de la fábrica de churros de Woody Allen o, por mirar más para casa, de la saga de Torrente (lo que me va a costar esta comparación).

Definitivamente Tsai Ming Liang puede conmigo o, como decía alguien en otra crítica, “no me da el gerolo”. Es así de sencillo, no lo pillo. Mis almas gemelas le dan un 8 y, lo que es peor, me están recomendando otra película del amigo. ¡Y van cuatro!

No soy una persona que huya del cine “lento”. Me fascina la técnica de Béla Tarr, la estética de Antonioni, la poesía de Kaurismaki, Kiarostami, Ozu..., de Tarkovsky todo. Pero a este señor, en serio, ¿qué es lo que le ven?. Tomas largas, por desgracia frecuentemente inmóviles, sin especial cuidado por ningún aspecto técnico, carentes de belleza, con mínimos o inexistentes diálogos, guiones (y conste que el de esta película es probablemente el más interesante de lo que he visto de Tsai Ming Liang) que no pasan de la anécdota...

Al final de Viva el amor y tras los 5 minutos de plano fijo con la chica llorando, sentía unas ganas de partirle la jeta a la susodicha sólo comparables a las que en su momento tuve de hacer lo propio con las piernas de cierta empleada de un cine apunto de cerrar. Por si no saben a quien me refiero, es la protagonista (por decir algo porque la chica/actriz tenía un papel comparable al de cualquiera de las nosecuantas butacas que había en la dichosa y felizmente cerrada sala de cine) de Good bye, Dragon Inn.

En fin, que me cago en las sandías, con perdón.

Venga va, voy a ver la película vietnamita, que no hay mucho donde escoger en el cine. Y con esa idea me voy sabiendo, creo, lo que me espera: una película lenta, sin mucho contenido, con una buena ambientación histórica, seguramente sugerente-poética-reflexiva y, según las críticas, de una belleza espectacular. Nada del otro mundo pero interesante.
Pues no, la tan cacareada buena fotografía y el preciosismo va a ser que no se pasaron hoy por el cine. No tiene imágenes bellísimas, ni encuadres geniales en absoluto. Esas cosas las hay en las películas de Tarkovski, de Kubrick, de Kozintsev... o de Zimou... o de Kin Ki-duk... o de… hay mil directores con mejor fotografía en sus películas. Y peor aún tratándose de Vietnam, que tirando la cámara por la ventanilla del coche va a dar igual donde caiga, el paisaje es una pasada.
La historia, tal como la esperaba, con puntos interesantes, crudeza, el típico hieratismo asiático, no cuenta nada innovador más allá de la ambientación en un tiempo y un país que, al menos para mí, forman un contexto nuevo con sus detalles y costumbres cuyo descubrimiento mantiene el interés y la atención. La película ofrece una mirada feminista pero neutral al mismo tiempo, no manipula y es de agradecer (más en estos tiempos).
Por cierto, en otra crítica se mencionan los problemas para aclararse con los personajes, totalmente cierto, y no sólo por la fisionomía, si no porque la película no se entiende y es muy difícil saber quién es quién. Que levante la mano quien tenga claro que parentesco tiene el adolescente con el resto de la familia.

Va de bodegones y jeroglíficos.

Eso sí todos muy bonitozzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz.

De los 6 puntos 3 se los pongo por que efectivamente es todo muy bonito, los otros 3 porque soy un snob y no me atrevo a ponerle un 3 a una película a la que mis almas gemelas le dan un 8.

Quiero aprovechar para recomendar una canción a todos aquellos que hayan sabido disfrutar de esta película. Se trata de una pequeña joya publicada en el disco Terra Terremota, que se entregaba acompañando el número tres de la revista Bravú. En dicho disco se encuentra la composición Escoitando a herba medrar (escuchando crecer la hierba) deliciosa obra con una extensión de tan solo 10 minutos, durante los que podemos disfrutar de una sucesión de silencios deliciosamente planificados y enlazados entre sí, concatenación de sensaciones individuales y colectivas donde todo encaja.

El buen entendedor sabrá leer la rabiosa fuerza de este tema, la portentosa metáfora sobre el mundo loco y vertiginoso que nos domina, humillado aquí ante la solemne serenidad de la sabia naturaleza. Es gratificante ver que, no sólo en el cine, existen artistas donde confluyen en cantidad suficiente ambición y talento como para llevar su arte en busca de nuevos caminos y expresiones, por encima de códigos y prejuicios preestablecidos.

Por desgracia, que yo conozca, los compositores no han vuelto a publicar nada, por lo que no tenemos la tan deseable continuación o segunda parte de su trabajo. En todo caso, y si no se han dormido en una primera audición, siempre pueden volver a ponerla con la tranquilidad de que, sea la hora que sea, no molestarán al vecino.

PD: en defensa de Terra Terremota, lo suyo era una broma. Tsai Ming Liang pretende que nos lo tomemos en serio.