A pesar de todo es una comedísima hilarante y digestiva que, aún presente cliches, brilla visualmente por su fotografía y montaje y, digamos también, inteligencia.
El Director es honesto desde el principio: en cuatro escenas express tragi-comicas nos hace la "foto" de las respectivas protagonistas y gatilla la acción. No hay tiempo que perder, ni lo amerita. El objetivo es, tras la muerte de su madre, entrar en la yincana de encontrar su paternidad.
Lo anterior le hace un guiño al film La Gran Familia Española, si bien en éste le da el cariz de suspense, lo que en el primero es sorpresa.
La singularidad del filme es, aprovechando unos actorazos del mayor nivel, realizar un montaje superdinámico que nos lleva al final sin darnos cuenta. ¿Cómo? Pasando de primeros planos que transmiten la emocionalidad (y belleza) de los personajes, casi a nivel teatral, a planos más generales llenos de la luz y el glamour que se codean con el gran cine. Los exteriores son tremendamente bellos y coloridos, el mobiliario y los interiores del mayor gusto, el vestuario rococó. Todo es exagerado, parece que nos estamos comiendo una tarta bien dulce, pero no empalaga porque el montaje y las secuencias se mueven en la misma dirección: darnos un placer a los sentidos. Hasta las músicas nos identifican.
En esta comedia no todo es risa, me parecieron conmovedoras las escenas en que hija y padre se encuentran, a pesar de lo grotesco.
Y para finalizar, ¿Quién no querría tener una madre así? Que incluso muerta une a su rebaño descarriado y es capaz de entregarles un mensaje de vida en el último fotograma de su vida.

Gonzaga son varias películas al mismo tiempo: un recorrido por la Brasil del siglo pasado, una historia complicada entre padre e hijo, y un musical de las más profundas raíces del folclore verde-amarelo.
La película está especialmente recomendada para amantes del nordeste brasileño y cómo se dibuja hacia el siglo XXI. Los que no, la encontrarán un poco lenta y sosa al principio, sin embargo pueden atraparla por los varios temas que tiene.
La fotografía, los paisajes y el retrato de la vida de antaño está muy bien logrados. Buena producción e imagen de archivo de los artistas reales.
El film me llevó al nordeste de los coroneles -como imágenes nítidas que había anticipado con Jorge Amado en sus novelas-, la pobreza, el esfuerzo por surgir, la peregrinación a la gran ciudad -nos adentramos por la bohemia de Río de Janeiro- el machismo de la sociedad reflejado en el matrimonio de Gonzaga, la perseverancia y la vuelta a casa siendo un hijo prodigo llevado por las alas de la música popular alegre del forró. Y con el episodio de la dictadura que separa al país: padre pro-nación e hijo rebelde pro-comunista.
La forma de contar la historia, con el re-encuentro entre padre e hijo, ya adultos, alejados en vida al priorizar el primero su carrera musical a la familiar, nos adentra en una especie de documental muy bien librado, desde el cóctel de abandonos, desilusiones, triunfos, rabias acumuladas, y finalmente perdones que desembocan en un final apoteósico.
Gonzaga también es una película sobre la búsqueda de ese amor que nos dé la paz, como el enamorado que siempre vuelve al lugar donde grabó en un tronco las iniciales de su primer amor, símbolo de lo que pudo ser o no ser.

Me entretuvo, me hizo reír y me emocionó.
Con eso me doy más que satisfecho, y eso que la razón de verla fue la referencia a la final del mundial de Sudáfrica, lugar de culto y peregrinaje para todos los que vivimos ese momento mágico en nuestras vidas.
Se agradece de la película la frescura de las escenas -algunas antológicas- y los personajes, las historias paralelas que se tejen alrededor del partido, y el manejo de tiempos, para llegar a un final apoteósico, tal cual fue el evento deportivo.
Mucho se ha vertido en las críticas, que no voy a redundar, pero sí como español, destacar el misterio que se descubre al final de la película: que esa gran familia estaba formada por hijos de diferentes padres (un puntazo tragicómico a favor del guionista), y que ello no es obstáculo para que formen un gran equipo y estén al lado del padre hasta el final. ¿No es esa una perfecta metáfora de la selección campeona del mundo formada por catalanes, valencianos, canarios, madrileños, etc.?
Otro guiño: que el padre muera, no sin antes haberse proclamado España campeona del mundo. Así da gusto morir.
En síntesis, un homenaje cinematográfico al máximo hito del fútbol español, decente y a ratos hilarante y brillante.

Quedo muy sorprendido de la buena crítica que ha tenido este film y la cantidad de premios Goya recibidos, por lo que me gustaría aportar desde el otro lado de las trincheras.
Desde temprano la historia absorbe con un planteamiento que promete: dos hermanos enamorados de una misma mujer en plena guerra civil entre carlistas y borbones, que me hizo recordar a Leyendas de Pasión.
El hermano vuelve después de tres años, sin mostrar el film muy bien sus razones, aunque las intuimos. Su hermano nos sorprende con su gigantismo, lo que parece es buen combustible para darle un nuevo giro al film, pero de la enamorada no hay muchas señales. Con todos esos ingredientes, una fotografía notable y una producción extraordinaria, en lugar de llevarnos arriba, la historia comienza a guatear. Los protagonistas comienzan a deambular sin brillo, sin corazón y entramos en una dinámica de tedio. Nos siguen acompañando una fotografía hermosa, y un desliz con otra giganta que promete darle un giro, pero ahí queda. En otra promesa incumplida.
Las escenas finales, sobre un país vasco nevado se agradecen para contrastar ese deambular, pero ya los personajes están muy perdidos.
En mi opinión el guión es de lo más flojo de la película, no logra engranar una historia sublime, que nos haga sacar sensaciones, siendo el resultado final una leyenda sin pasión.

Llama la atención al cinefilo estar frente a un film de manicomio. La única humilde referencia que tengo es la Alguien Voló Sobre el Nido del Cuco.
En este caso la ambientación, en las postrimerías del siglo XIX está muy lograda y es atractiva.
Me he aburrido bastante de leer críticas, por ello haré un inciso al final.
En la época actual que vivimos, en medio de populismos, dictaduras y democracias, cobra mucha relevancia el tratamiento que ha hecho el.director al cuento inspirador de Poe.
Cómo prefacio, decir que la locura en justa medida es sana y parte de las fortalezas que nos hacen sobrevivir en la vorágine de la humanidad.
El planteamiento sobre cómo funciona mejor un manicomio es el tema fundamental. Bajo el yugo de un despota (M. Caine), el populacho se revela e instaura su populismo, que no llega a ser el óptimo, por lo que la síntesis es la mejor solucion. Y esto es lo mas brillante del film, el parangón con las sociedades actuales.
La relación entre el presunto loquero Sturguess y la alienada Keyra es el hilo conductor de esta trama, y en si mismo una síntesis a otro nivel del film. Mención especial a Ben Kingsley, que a través de su personaje nos hace entender la motivación humana.
Respecto de las críticas leídas:
1) total desacuerdo con querer definir el film en horror, comedia o por su falta de fidelidad a Poe. Es vano
2) Cuando hagan críticas traten de aportar algo nuevo al que ya posteó, o si no, con respeto, quédense callados. Uno no tiene tiempo de leer todas las críticas, y lo que quiere es encontrar aristas nuevas. Veo mucho ejercicio de ego estéril
3) a los administradores pedirles que democraticen el sitio, coloquen las nuevas críticas en primer lugar durante un par de semanas para permitir más diversidad, y aquellas críticas que tienen pulgar abajo neteenlo con el pulgar arriba para privilegiar consensos