El cine admite todo tipo de gustos, y hablar de una buena o una mala es solo una cuestión de ligero matiz. Para mi, la mejor versión de esta historia ya clásica, y ello porque Reynolds y Turner hacen una interpretación genial, que te hace reirte durante todo el tiempo ... aunque hayas visto la película varias veces. Y no es que esta pareja sea mejor que las otras predecesoras, ni Kotcheff supere a sus compañeros en las anteriores versiones, pero la película sale redonda y sirve para divertirte como nunca.

Tras varias décadas transcurridas, la película se recuerda como una del Oeste, con bastantes tiros y los consiguientes fiambres en la calle, pero no, no es solo eso: el Wayne y el Mitchum haciendo arte, haciendo de lo difícil, lo sencillamente maravilloso; de lo esperando, lo deseado; de la atención del espectador, el asombro por todo lo que se está viendo. A ellos dos hay que vivirlos, para viviendolos, no dejar ni un solo segundo de seguir pidiendo mas y mas... y el Hawks, batuta en mano, convirtiendo esa interpretación en magia, porque no vale con seguir la historia con la cámara, hay que hacer sentir que se está en aquel pueblo, en aquella oficina del sheriff, como si no estuvieras en otro sitio... y eso solo lo da Hawks, y te lo hacen vivir, Wayne y Mitchum. Sensacional.

Cuando después de haber intentado ver más de siete veces esta película, sin terminarla, logras finalmente acabarla, sientes una enorme alegría: te sientes más fuerte de lo que te imaginabas.
La verdad es que la película es muy correcta en la dirección, en la interpretación, en la fotografia, en los efectos especiales, etc... pero tras la primera hora empieza a ser insufrible, y lo que vaya a suceder, como vaya a producirse, o quien lo vaya a hacer, ya empieza a importante muy poco. No se puede decir que sea mala, pero si la ve, no descarte una pequeña pausa de varias horas, para aguantar la segunda parte (que la tiene).

Se podría decir que es una película con un argumento amable, con unas interpretaciones decentes, y que, aunque te tienta a dormir (sobre todo si se ve en la última sesión), se puede soportar con un poco de esfuerzo. Y se puede decir todo esto porque, tal vez, el calificarla de mala sería castigar una buena voluntad del Director y de los actores en intentar conseguir una comedia con moraleja, que, al final, no consiguen. Puestos a elegir, no es una buena opción la de seleccionarla, salvo que se piense que puede ser lo que no alcanza nunca a ser.

Si se considera que el guión es excelente, casi de diez; si entendemos que todos los actores hacen una muy buena interpretación; y si aceptamos que el Director sabe llevar bien el enredo; cuando uno se duerme en algunos momentos de la película, cabe preguntar: Dios mio, ¿pero que ha fallado aquí?. Y es lo cierto que algo falla, porque la película no es todo lo redonda que apunta. Hay momentos de cierto aburrimiento y de falta de interés. ¿Tal vez su argumento te predispone para algo diferente a lo que se termina viendo? Es muy posible que sea así. A modo de mero apunte, si en vez de Clavier, hubiera estado Funes, todos nos hubiéramos reído mucho mas.