El visionado de está película sólo es comprable con la sensación de correrse ininterrumpidamente durante cuatro horas. Esta película es el regalo que Zack Snyder nos ha regalado al mundo y a la cultura, y que persistirá incólume durante toda la eternidad. Muy por encima de las redundantes estupideces de Marvel, la película del genio de Wisconsin se asemeja a un crisol hiperatrofiado de magnificencia visual y narrativa. Donde en Marvel es falsa epicidad, en La Liga de la Justicia hay un verdadero cúmulo de situaciones trascendentes y memorables que traspasan la pantalla para inyectarse directamente en tu retina y pervivir allí por siempre. Donde en Marvel es estúpido infantilismo, en la Liga de la Justicia es una virtuosa narración, sería y directa, contenida y desmesurada al mismo tiempo. En fin, un regalo para la vista que quedará designada indiscutiblemente como la mejor película de lo que llevamos de siglo. Amén.

No os equivoqueis. En esta película el auténtico protagonista no es Godzilla, ni King Kong, ni Mecha Godzilla, ni el enfrentamiento entre todos estos grandes próceres del cine de catástrofes. Aquí quien manda es Eleven, dándonos un nuevo recital de muecas y gestos marca de la casa. Su insufrible interpretación, cansina y redundante, provoca que desees con todas tus fuerzas que cualquiera de aquellos la destroce de un pisotón. No caerá esa breva. Pero por desearlo que no quede. En fin, otro intento más de confrontar a grandes pesos pesados del MonsterVerse que queda sepultado una vez más por la estúpida manía que tienen los productores y guionistas de darle un mayor peso argumental a los protagonistas humanos.

El tandem Tom Hanks/ Paul Greengrass nos da ahora una de cal con este tostón de western taciturno y crepuscular después de habernos asombrado hace ya casi una década con la muy estimable Capitán Phillips. Un Tom Hanks en horas un tanto bajas (Greyhound, Un amigo extraordinario) soporta todo el peso de esta lenta y atosigante película sin desfallecer en el intento, acompañada por una comprometida y versátil actriz infantil. Aburrida y lenta. Sin más.

Los dos primeros capítulos de esta insufrible serie, entretenimiento frívolo y vacuo donde los haya, nos deja muy a las claras que Marvel sigue optando por la insulsa y estúpida comedia para espectadores sin ningún tipo de ambición cinéfila ni sentimiento crítico. Los dos actores principales no han sido dotados por la naturaleza para la comedia, ofreciendo un repertorio cómico propio de Chiquito de la Calzada. En fin, una soberana porquería sólo apta para las mentes más infantiles y rudimentarias.

Otra simplona historia sobre racismo basada en hechos reales. Tramposo reflejo de nuestro tiempo, Rojo, Blanco y Azul contiene una trama carente de toda originialidad. Maniquea, absurda, alineada con todos esos movimientos actuales tan poco democráticos, perversos y muy violentos (BLM), que además nos ofrece otra soporífera interpretación de Boyega. Actor que increíblemente sigue teniendo papeles en el cine y/o la televisión.