Otra repugnante muestra del humor patrio actual, rancio y chusquero donde los haya. Como bien destacan otras acertadas críticas de esta pseudpelícula es una pena que el dinero de todos los españoles vaya a parar a financiar bazofias insultantes para la inteligencia como esta cochambre intelectual. Su humor chabacano nos retrotrae a lo peor de las películas de Esteso y Pajares, algunas de las cuales comparadas con esta decrépita muestra de humor patrio, podrían considerarse auténticas obras maestras. En fin, una película hecha por y para subnormales.

Queen Latifah protagoniza esta versión progre y feminista del clásico de los ochenta interpretado por Edward Woodward, y que posteriormente encarnara en cines el gran Denzel Whasington. Las secuencias de acción, el gran valor añadido a una serie de estas características, no sirven de gancho para poder despertar el interés. La trama es confusa y muy dispersa. Los actores no están mal aunque Queen Latifah no da la imagen de vengadora nocturna. Ni diurna. Olvidable.

Estúpida película, repleta de guiños infantiles y superficiales. Efectos especiales tan cutres que dan vergüenza ajena. Interpretaciones sosas y muy desafortunadas. Escenas de acción pésimamente coreografiadas. Y por último, y no menos importante, un guión y una historia patéticos y lamentables.

Pésima película de pseudo ciencia ficción entremezclada con una confusa historia de pareja llena de clichés y tonterías a cada cual más gorda. Los actores no están del todo mal, aunque Paul Mescal está sobre actuado y no da la talla como atormentado marido. Los diálogos son estúpidos, el tiempo es cansino y aburridisimo y el final es para que le corten la cabaza al director, un tipo que empezó bien su andadura en el mundo del cine pero que ha ido cuesta abajo y sin frenos.

Otra película más sobre mundos distópicos que, en apariencia, podría haber dado mucho más de sí que otros truños similares como Los Juegos del Hambre, Divergente o El Corredor del Laberinto. La trama es absurda y el tema central de la misma, la capacidad para escuchar los pensamientos ajenos, no acaba de funcionar. Por no decir que la química entre Spider-Man y Rey es totalmente inexistente. Un paso atrás para Holland y una muesca más en la deficiente carrera de Daisy Ridley. Lo único destable: la siempre inquietante presencia de Mads Mikkelsen.