Estoy francamente sorprendido, en particular como esta supuesta precuela se desliga de sus predecesoras y nos ofrece un nuevo comienzo para la franquicia, pero no sin antes cerrar ciertas preguntas que en el pasado se dejaron abiertas o se ofrecían como recordatorios de una información que el espectador, desconocía.

Esta ha sido, sin duda alguna, la entrega que más ha aportado, no tanto al universo, como a los personajes que se nos ha dado a conocer, ahora eso sí, no sin antes dejarnos un error de continuidad esencial, como es la paraplejia del Doctor Xavier.

La construcción de Magneto le roba a sus coetáneos todo el protagonismo, y elabora una espectacular cruzada personal que termina con el magneto que todos conocemos.

Los conflictos derivados de la naturaleza sobrehumana del mutante y la búsqueda de conflicto por parte del himno justifican no solo la futura guerra que se avecinará sino que también coloca como pistoletazo de salida el bombardeo a la playa, perpetrado por, paradójicamente, los bandos especulares durante la guerra fría, en especial durante la crisis de los misiles en cuba. Si bien el discurso de los buenos y malos ya se me antoja un tanto repetitivo, la personificación de ambos bandos y el hipotético miedo que hubiesen exhibido ante la aparición de una amenaza como la de los mutantes, aquí, se maneja con cierta madurez.

Maltratada me parece, puesto recibe golpes injustos, a veces inconscientes al género que pertenece, y hasta que punto esta está ligada a sus antecesoras.
Como si del furor de un final explosivo se tratase, empecemos por los aplausos:

-Hugh Jackman, como siempre, más maduro y, como era de esperar, dota a la obra de la más sólida interpretación.

-Fiel, como ella sola, si bien hace daño al trasfondo de la película, obviando detalles esenciales, nos suelta en medio del drama, siguiendo los orígenes anteriormente dictados, y colocándolos en un esquema cinematográfico con cierta habilidad.

-La evolución de Logan se condensa de forma orgánica, y establece un arco casi auto conclusivo, que tristemente no será exprimido en su trilogía original de los X-Men.

-Aquí, a diferencia de lo que pasará/ó en la saga original, el carisma de sus mutantes se antoja rebosante, pero, a precio de unos efectos especiales nefastos, al ser un tanto demasiado ambiciosos.

Y esto me lleva a su declive, errores casi imperdonables que en un esfuerzo de cariño por la nostalgia que me genera esta entrega he hecho por olvidar:

-La acción, en todas sus versiones, está escasamente justificada y horrendamente realizada, entornos plasticosos, explosiones en abundancia…

-Deadpool, madre mia Deadpool, que engendro tan desagradable; como concepto, el mutante cazador de mutantes, con poderes seleccionados cuidadosamente a fin de no destrozar el cuerpo que los porta, es interesante, pero ponerle el nombre de Deadpool a eso, y que su diseño recuerde a una malgama de mal gusto personificado creo que hace un daño incalculable.

Logan, y su arco, están impresionantes, todo el aglomerado de CGI y violencia desmedida, no.

Siento cierta indiferencia por el tinte que impregna la cinta; si bien el ritmo y la forma de generar tensión han inflado la nota que he decidido tomar, recae una vez más en el in crescendo auditivo como recurso más valorado y, por el público mal acostumbrado, el más aplaudido.

Esquemas clásicos, con un final de retorno al punto de origen, casi emulando a las grandes obras clásicas.
El terror rápidamente se vuelve inverosímil, puesto que, como si de un aura de densa suerte se tratase, nuestros protagonistas son inmunes a los acontecimientos que en un momento se nos plantean, como si la historia más que narrarse a si misma, tomase como trama a contar los remordimientos del guionista. “Ahora poseída, oh, mejor no, ahora apuñalada, oh, mejor no, ahora un final feliz y totalmente impermeable a la historia que se nos acaba de contar”

El humor me ha pillado un tanto por sorpresa, siempre ironizando el propio género, además de camuflarlo para no ridiculizar la obra. Si me preguntan, diré que para mi, este pequeño detalle, ha sido un acierto.

No tengo muy claro a que decisión hace referencia el título de la obra, si bien la traducción de “The Final Stand” podría interpretarse como “La Postura Final”, lo cual no solo implica una decisión, si no una polaridad, tomar una postura con respecto a una decisión, o un bando en una batalla, por lo que la traducción no me parece la más correcta; y en cualquier caso, para la batalla, los bandos, sobre expuestos, pero involutivos, a ser: Los mutantes pro convivencia, Los mutantes pro purgación, y los humanos, estos últimos, representados por el anonimato; para la decisión, solo se me ocurren dos posibles: Acabar o no con Jean, o el destino ligado a la cura de los mutantes.

En cualquiera de estos casos, los conflictos de estos problemas parecen estar más cimentados en el líder de los mismos, que en un problema intrínseco a la sociedad. Ciertas ideas planteadas en las entregas anteriores (como es el übermensch), aquí solo hay un presidente genérico y un hombre-oso como representante de una nación que propone… representar… siendo… mutante… para conseguir… y proponer…

Desde un punto de vista argumental, esta es con diferencia, la película que más deja de desear. La acción se resume en gente volando por los aires y gente agitando las manos.

Solo existe un detalle que me ha parecido reconocible, y nace de las conversaciones entre Xavier y Magneto, en especial la disyuntiva entre el respeto y la rivalidad moral.

“Charles ha hecho más por los mutantes de lo que imaginas; solo lamento que haya tenido que morir para que nuestro sueño pueda sobrevivir”

Lo hizo un mago porque esto parece un milagro, una perlita, muy pequeñita, de brillo justo y necesario para destacar sobre muchas de sus adversarias, mas no todas.

Sorprendido me hayo, sinceramente; parece que tras una primera entrega que pasó ante mis ojos sin pena ni gloria, aquí Watts toma las riendas y elabora lo que es una dignísima secuela de Spider-Man así como arranque de la determinada fase 4 del UCM.
La película está repleta de momentos incomodos a más no poder, para que el niño de turno suelte un inocente “ugg, que asco”, y eso no está mal; Peter Parker puede ser un personaje, que, por su naturaleza inmadura, sirva como elemento propicio para la empatización.
(Me sorprende ver como ciertos niños se identifican más rápidamente con un dios fornido y que controla el poder del rayo o con un multimillonario mujeriego vendedor de armas a grupos terroristas)

En lo que se refiere al villano, conceptualmente es con diferencia uno de los más logrados, a excepción de su motivación.
Parece que nuestro villano exhibe un odio patológico hacia Tony Stark, y gracias a ello, este estaría dispuesto a asesinar a media Europa con tal de hacerse notar.
Este “plan de acción” solo se puede hacer pasar como sensato si es desde los labios de un loco desde donde surge, y es que para mí, y espero que para ustedes, un tanto decepcionante el descubrir que todo esto era obra de un mago chalado…

Por último, me gustaría haber conocido más a Parker, saber como él a afrontado la perdida de su mentor, y como eso a afectado a la forma que tiene de entender “las cosas de super héroes”, pero los meros detalles que se nos da a conocer giran en torno a como añora su vida, más que su alter ego.

Para mi, la escena post créditos es sin duda de las mas aprovechables, ¡Disfrútenla!