Mucho tiempo llevaba esperando esta película y grandes expectativas fueron creadas tras el gran éxito de su predecesora, y la verdad...me cuesta admitirlo pero salí de la sala de cine con un sabor agridulce. La película no es mala, es muy entretenida y tiene momentos muy logrados, pero falla en algo...quizás en que ya no sorprende, como sí hizo la primera parte. También podría ser una película de trancisión para todo lo que queda por venir en un corto plazo de dos años (Thor, Capitán América, Los Vengadores, Iron Man 3 y demás continuaciones). No se hace lenta en ningún momento, pero le falta un poco de intensidad, quizás un poco más de acción, que queda resumida en los 40 ultimos minutos.
En cuanto las actuaciones, lo mejor es ver a Robert Downey Jr., que parece que nació para interpretar al personaje de Tony Stark. Gwyneth Paltrow sigue de segundona pero cumple con el papel, Jon Favreau tiene mayor protagonismo en esta entrega, Don Cheadle hace que nos olvidemos de Terrence Howard; sin embargo el punto negativo lo produce el resto las nuevas incorporaciones: El personaje de Sam Rockwell es indignante, casi rozando el ridículo, teniendo poco que ver con el personaje del comic, donde es un despiadado vendedor de armamento; Mickey Rourke se salva por los pelos, intentando insuflar algo de carisma a su personaje; sin embargo Scarlett Johanson sale malparada en la película. El personaje no aporta nada y ese papel no le pega nada a Scarlett.
Cuando la historia va llegando a su clímax final, la película realza su vuelo y se pone a la altura de su predecesora: explosiones, mucha accion, muchos efectos especiales y buen final (sobre todo al final de los créditos, grata sorpresa)