Media votos
6,7
Votos
5.462
Críticas
224
Listas
7
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Randall:
8
6,7
8.887
Drama
La sucursal española de una empresa americana se ve obligada a prohibir el tabaco en sus oficinas. Los que quieran fumar en horario laboral deberán hacerlo en la calle. Ramírez, uno de los empleados, empieza a reunir firmas para que se utilice un despacho desocupado como sala de fumadores. En principio, todos parecen estar de acuerdo, pero a la hora de la verdad pondrán todo tipo de excusas para no figurar en esa lista; en cambio, ... [+]
1 de abril de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película impecable, con unas interpretaciones maravillosas y de las más realistas que he visto en mucho tiempo, por lo que ni se nota que están actuando. El uso de una sola cámara también ayuda a la sensación de realismo e incomodidad, con esos rápidos movimientos y primerísimos planos. Los diálogos varían de lo más sencillo hasta lo estrambótico, lo que los hace cautivadores. Lo mejor para mi es la interpretación de Eduard Fernández, que una vez más demuestra su gran talento, al dar vida a personajes mundanos, en los cuales puedes reconocer a algún conocido. Se nota que este actor debe ser un gran observador de la gente y sus personalidades, porque nunca sobreactúa ni parece que esté recitando un guión, sino que da la sensación de que improvisa. El título de mi crítica se debe a que en ningún momento de la película se ve a los protagonistas trabajando, incluso hay una escena en la que el personaje más paranoico está recostado con la cabeza apoyada en el suelo soltando sus locas teorías e inquietudes. Por cierto, no sé por qué se quejan tanto los personajes, si tienen un empleo que ya nos gustaría a muchos; ojalá tuviese yo un sueldo de contable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Qué gracioso cuando vemos al personaje que antes tanto había defendido su fidelidad hablando con su amante. Y lo de que "no podemos saber quién tiene el alien" no tiene precio. O cuando después de recibir una paliza el hombre solo atina a decir a solas: "los cabrones me han roto el reloj".