Hay que distinguir dos planos, al menos: Uno la intencionalidad y la descripción general de una Italia en todos sus estamentos: la política, la iglesia y la mafia.. (Sí, en Italia la Mafia es un "estamento" y una institución más) y los efectos conseguidos mas allá de una "denuncia" a la totalidad.
El otro lo conseguido, más allá de un thriller entretenido de cosas ya conocidas pero contadas en un plano general sin profundizar en la historia y sin construir un guión donde desentrañar esa compleja realidad que es Italia. De hecho, la política se muestra desde una superficialidad asombrosa, la realidad es mucho mas corrupta y desoladora. La Mafia, en el film, es un estereotipo de violencia un tanto ingenuo ya que en la realidad sus raices se hunden en la sociedad y en las instituciones de una manera más turbadora; lo que muestra es de una simpleza ingenua. Nuevamente la realidad supera a la ficción. La Utilización en paralelo de la "renuncia" del Papa Benedicto, es oportunista ya que la conexión de la Mafia y el Vaticano está utilizada de una manera superficial. (Aquí no se puede por menos que citar a Coppola, que utiliza el montaje paralelo y mimbres parecidos y con ellos produce una obra de mucha mas enjundia).
Para comparar intenciones y resultados vean la interesante miniserie "1992". Y si de comparar se trata ahí está todo el cine social italiano de décadas pasadas. Sí, está entretenida pero como denuncia es grandielocuente, como si hubiera una incapacidad para profundizar en la realidad italiana... ¡Ah! y la secuencia final, su rodaje y su plano final, adolecen de la misma grandielocuencia y tarantinismo.