En esta segunda entrega de Avatar que ha tardado en llegar más de lo esperado se pone énfasis en las relaciones paterno-filiales, en la importancia de la familia y en que la venganza y las guerras están mal pero también están bien.

Ahora os digo lo que dicen todos y queréis leer:
- El guion no es de muchas sorpresas ni originalidades y tiene muchos cosas absurdas, ilógicas e inconsistentes en las que no entraré porque no caben en este margen.
- Las moralejas y valores subyacentes barren para lo tradicional.
- Es larga, incluso más larga que una final del mundial con penaltis. Ello me permitió defender los derechos humanos durante toda la duración de dicho partido de fútbol.
- A pesar de su título, de avaratar nada. Ha costado incluso más que la primera y es la más cara del año y quizás de la historia aunque no lo digan.
- Los efectos visuales son excepcionales y se llevarán su Óscar. El viaje visual que ofrece es la única y no por ello menos convincente razón para pagar la entrada.

Por mi parte y en contra de la opinión general solo añadir que la parte central, más tranquila y alejada de batallitas, es la que más me ha gustado. Solo con los avatarianos ya hay suficiente conflicto y personajes descerebrados. No es necesario el villano y sus estupideces.

Gustará a: David Attenborough, Opus Dei, SS Poseidon, Legolas
No gustará a: capitán Ahab, pacifistas, ginecólogos, Robert MacNaughton