Va de un chico que es bastante segundón y perdedor, hasta el punto que en su familia le llaman "beta", aunque esto parece que es un apelativo cariñoso en urdu. Pero esta situación dura poco porque un buen día es poseído por el espíritu de Bruce Springsteen y se vuelve líder y triunfador. Tiene algún problema menor con su ex-mejor amigo y mayor con su padre, pero no agobiarse porque va sobrado de hadas madrinas, a saber: el nuevo mejor amigo, la profesora de literatura, la "interés romántico", la madre, la hermana y hasta el vecino.

Con tanta ayuda desinteresada la cosa va rodada, como corresponde a un buen feel-good musical. Cualquier situación delicada se solventa invocando la letra del Boss más adecuada al momento y hasta se animan a cantar todos juntos por la calle, impulsando a mendigos a mover el esqueleto. Menos los neo-nazis, todos buen rollito.

Tiene algo de interés extra al retratar problemátias sociales de la época que son extrapolables al momento actual. Pero excepto el padre y el hijo, los personajes son muy planos y al servicio del protagonista, lo cual es especialmente doloroso en el caso de la "interés romántico". En definitiva, una excusa como cualquier otra para escuchar buena música, y larga vida al Boss.

Gustará a: Bruce Tramos, judíos, Guru Dutt
No gustará a: cubos de Rubik, tories, sintetizadores