Esta película es lo que se suele llamar un tostón, pero a mí me gustan los tostones, será que estoy inmunizado. Pero para la gente no vacunada, cuidado.

Es una inteligente historia sobre cárceles, donde se muestra que es peor una cárcel psicológica que una física. Los que vivimos encerrados en nosotros mismos podemos sentirnos más identificados con el tema.

Lo mejor, y principal motivo para ir a verla, es presenciar una clase magistral de interpretación a cargo de la actriz protagonista, Ana Brun, hasta ahora bastante desconocida. Para quien guste de premios, le valió un Oso de Plata en el Festival de Berlín del año pasado. Siempre es agradable que nos impresione una actuación y luego ver que ha ganado premios, nos hace sentir unos entendidos, verdaderos poseedores del monóculo cinéfilo. Aunque todo sean ensueños y delirios.

También hay un personaje secundario, de vieja engreída y criticona que es un regalo para los oídos. Y bueno, una variedad de personajes interesantes que uno no suele encontrar en el cine. Porque, seamos sinceros, son personajes la mayoría tirando a viejos, o feos, o gordos, y además, mujeres, o sea, viejas y feas y gordas, y medio locas. ¿Quién quiere ver algo así en el cine? Nosotros sí.

Gustará a: Mercedes-Benz, presos, Alison Bechdel
No gustará a: testadores, asociaciones homófobas de consumidores, taxistas