Vaya por delante que no me gustan las pelis de acción. Lo que pasa es que de tanto ver pelis buenas empezaba a dejar de apreciarlas. Temí acabar como Boyero, así que decidí ponerme a ver pelis malas para poder apreciar las buenas. Por tanto, ni caso de la subsiguiente crítica. Votadla negativamente ya.

No sé cuantas entregas le quedan a Misión Imposible porque a Tom Cruise se le está poniendo la cara como entre su compañero de reparto Alec Baldwin y Joan Laporta. Pero mientras el cuerpo le aguante, él seguirá colgado de cuerdas, conduciendo vehículos varios con gran pericia, y no conduciéndolos cuando debería, solo por el placer de echarse una carrerita y llegar al destino en el último segundo. Es el macho alfa de la tribu de los machos alfa.

Esta entrega es lo más parecido a una secuela que se ha hecho en la saga, porque repiten muchos personajes de la anterior, incluidos chica y malo (aunque no Jeremy Renner, desaparecido en combates infinitos). La película se beneficia de ello porque consigue algo más de profundida que de costumbre, aunque sea un palmo. No es Bergman o Tarkovsky pero se agradece el intento. Por el contrario personajes nuevos hay pocos, el de más cuota de pantalla es un Toni Cantó cachas que no me termina de convencer.

Una interesante novedad es que esta vez han dejado lo mejor para el final, y como contrapartida han colocado en el medio un quién es quién y quién va con quién bastane jocoso. Dicho grand finale no decepciona aunque ya sabemos como va a acabar. A estas alturas es de sobras conocido que la única y verdadera Misión Imposible que hay es deshacerse de esa lacra argumental que son las máscaras de goma.

Gustará a: empresas de construcción y reformas, BMW, Philippa Foot
No gustará a: CIA, Rajoy y Esperanza, médicos sin fronteras