La historia se plantea desde el inicio como “La guerra de los Rose” y piensas: bueno, esto ya está muy visto, pero a lo mejor entretiene. Pues no, porque solo dura unos minutos. Los tiros de la comedia humorística se van a centrar entre las gamberradas de sus hijos y a ver quién es el guapo que los soporta. El tema central son los niños y qué carajo hacemos con ellos si nos separamos. La verdad es que les molestan para desarrollar sus respectivos trabajos. Cualquiera se queda con los niños. No se salva ni uno porque son los tres de armas tomar. Niñatos criados en una sociedad de consumo que se les ha dado todo y más de lo que han pedido por sus boquitas, pero por el contrario ellos están descontentos con lo que tienen y no lo valoran: “ apéame que con esta birria de coche no quiero que me vean mis amigos” Ya sabemos que es una comedia gamberra que se apoya en las gracias de los niños y el matrimonio que se está separando, pero con todo y eso, hay situaciones cogidas por los pelos que ni los mismos actores las desarrollan con acierto. Pretende en todo momento levantar la risa del espectador pero ésta se encuentra muy baja ( bajo tierra) como pillada por una losa de mármol.
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