Jerry Zucker vuelve con ésta a un género del que durante los años 80 nos dejó con muy buenas sensaciones: la comedia del absurdo. Películas como "Aterriza como Puedas", o "Top Secret" nos permitían reirnos a carcajada limpia con un humor gamberro, lleno de gags y situaciones desternillantes, y sin causar ningún tipo de repelús. Por desgracia para el mundo del cine, las películas herederas de éstas (todas las que acaban en Movie) trataron de perpetuar ese género, pero sustituyendo el humor inocente por un humor que traspasa la frontera del mal gusto. Ratas a la Carrera nos devuelve el espíritu original de ese genial cine, cuya única pretensión es hacernos reir con divertidísimos chistes.

Un millonario excéntrico decide invitar a una serie de variopintos personajes para proponerles participar en una alocada carrera sin reglas cuyo ganador será el primero que abra una taquilla situada en la otra punta del pais. Como topas las demás películas con argumento parecido, esto dará lugar a montones de situaciones hilarantes que supondrán una gran dificultad a la hora de encontrar un hueco para dejar de reir.

Tal y como se ha dicho, la película tiene su fuerte en una sucesión de gags muy bien pensados que no te permiten parar de reir; gracias principalmente a un extraordinario ritmo que sabe enlazar todos esas situaciones cómicas sin que pierdas interés en ninguna de ellas. También es de destacar un montaje que consigue unir muchas historias paralelas, dándoles la justa importancia a cada una de ellas, y sin que el espectador tenga esa sensación de no enterarse de los sub-hilos argumentales. Tampoco se puede uno olvidar de una banda sonora que junta temas de la música clasica con las refrescantes canciones del grupo jamaicano Baha Men; ni de una sutil crítica subyacente en muchos de sus gags. Sin embargo, su mayor virtud se encuentra en su increíble cuidado por los detalles.

El largometraje presenta una amalgama de reconocidos actores en la que cada uno aporta lo suyo aunque intervenga poco. En especial, destacar un Cuba Gooding Jr que se encuentra en su salsa, un John Cleese sacanso de paseo su toque Monty Python, y una Amy Smart que desborda energía.