Una de las mejores películas que nunca pude ver, sean del género que sean, el cine es cine en todo su esplendor y "Los puentes de Madison" es cine con letras Mayúsculas. Todas las escenas en que la que esta pareja de maduros aparecen nos deleitan con un sinfín de guiños al amor, casi sin palabras, solo las miradas son más que suficiente como para transmitir al espectador toda la grandeza del amor, o lo que es lo mismo, del flechazo puro y duro al que se ven sometidos tanto Robert como Francesca, en especial la Streep, que ve como su vida monótona y aburrida se rompe con el más afilado de los cuchillos con la aparición de este fotógrafo veterano del National Geographic.

Francesca descubre que su interior esta lleno de bestiales emociones, luchando contra si misma por romper con ellas. La interpretación es magistral, y aunque son ya muchos los visionados todavía me pregunto si es ficción o realidad, porque eso es lo que consigue Eastwood con su potente dirección, hacer que el espectador se haga claramente partícipe de esta bellísima historia de amor, totalmente atemporal.

Película de una brutal sencillez, pero que cuenta con escenas memorables como la del semáforo, o cuando abraza los libros de su amor perdido.

Una obra maestra del cine moderno sin ninguna discusión, no hay que ponerle ninguna traba, es sencilla y directa, y en mi caso dejó marcado para siempre mi corazón, gracias Clint.