Si estás buscando emociones desbordantes y acción sin más, esta no es tu película. Por el contrario, si queres entregarte a la contemplación, a los ritmos sin grandes sobresaltos y a silencios sentidos, bienvenido.

Esta película es hermosa, su protagonista nos invita a vivir su intimidad y nos confía los placeres de una vida simple, ordenada, donde las cosas se hacen a su ritmo y se disfrutan. Que no te deje engañar la aparente monotonía de lo que estamos viendo, en el mundo donde elige vivir el protagonista parece que no pasa nada, pero pasan muchas cosas muy intimas y sentidas, nos recuerda la humanidad y la simpleza que hay en cada uno de nosotros. Realmente no necesitamos hacer tantas cosas para ser felices.