Realmente existen dos formas de ver esta película, la primera es desde la historia del final de la Guerra Civil Española, principios de la época franquista, en la que en tiempos difíciles una niña se ve envuelta en una trama de guerrillas entre lo que quedaba de la resistencia al régimen franquista. Esta es la historia más cruda, narrada con unos efectos visuales la verdad que impactantes, pero que refleja muy bien una situación compleja, por la que pasaba el país en vías de, al menos una estabilización socio-política, costosísima de conseguir.

La segunda forma de ver la película es desde el cuento de hadas que la niña protagonista cree estar viviendo, donde suceden una serie de aventuras, que la verdad son una delicia visual por el alto índice de detalles en las que se desarrolla esta parte de la trama.

Cualquiera de las dos maneras de verla es igual de válida, pero verdaderamente, al final se impone quizá un poco más el primero de los puntos de vista, el que guarda relación con la Guerra.

Sin lugar a dudas del Toro ha hecho un trabajo formidable con esta obra suya, una película la mar de entretenida, visualmente atractiva, cargada de sentimientos y que te atrapa desde el primer momento, con unas caracterizaciones destacables y una escenografía de lujo. No llega a ser una obra maestra, pero no por ello desmerece de ser una película que es altamente recomendable para todos los públicos, en especial porque los niños se quedarán más con la parte del cuento, los adultos con esa parte histórica de la España de la Posguerra, que tanto daño causó a miles de españoles. En fin, una película inolvidable, muy cuidada y que responde a las expectativas de ser una película para todas las generaciones.