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Voto de KlingonCome:
6
Thriller. Drama El dueño de una peluquería canina a las afueras de Roma se deja influenciar por un delincuente local hasta que su vida personal se complica y decide tomar las riendas de la situación. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2020
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Una dosis de neorealismo italiano para sacarnos de encima la saturación del cine comercial de efectos especiales. Un pobre diablo, Marcello, que trapichea con drogas, tiene un extraña relación con un maleante bruto que le maltrata, Simone, pero aun así permanece junto a él como si le debiera algo. Hasta que el maltrato se pasa de madre.

Claramente estamos ante una relación tóxica de esas que se suelan dar entre las parejas. Ya se ha apuntado que la dependencia de Marcello remite a la que muestra el miembro maltratado de una pareja, que aun sufriente trata de justificar o defender la agresividad de su compañero. Pero como la película se llama Dogman, el paralelismo se establece con las mascotas, esa lealtad que un perro siente por su amo aunque no pare de recibir palos y sobreviva medio muerto de hambre. Visto en un ser humano causa más perplejidad, porque Marcello tiene un negocio propio, una hija por la que luchar y además cuenta con la simpatía de su comunidad, en ese barrio cochambroso y mugriento que parece casi un escenario de post guerra. Nos cuesta entender porque no se aparta de alguien tan nocivo como Simone.

Pero es que Marcello, no se sabe si arrastrado por Simone porque ya nos viene dado, también comparte el malvivir de su colega, aunque sean las migajas. Y algo de valor le debe conceder cuando se sigue arrojando al suelo para comerlas. Es también un delincuente aunque se nos quiera remarcar su lado humano. Delincuente con corazón pero sin personalidad ni agallas, de ahí que termine como termina. Un perdedor de manual que, no se sabe si por carácter o por las circunstancias que le ha tocado vivir, se ha ido trabajando poco a poco su destino, del que finalmente no puede escapar. Cuando el único que te concede algo de importancia, aunque sea para humillarte, desaparece, ¿qué te queda? La más absoluta nada. No esperen una concesiones, ni escenarios bonitos ni protagonistas guapos. La estética feísta inunda la pantalla, tan fea como la historia que nos cuenta.
KlingonCome
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