La animación con más acción de Miyazaki. Representa con este largometraje el choque entre la naturaleza, encarnada por los animales y sus dioses, y la civilización humana, dirigida por una dictadora feminista con ansia de poder y saqueo en beneficio propio. En medio se encuentra el valiente chico protagonista, que intenta la odisea de, además de quitarse una maldición demoníaca, la unión entre los dos frentes mediante la coexistencia pacífica. Y como heroína típica se encuentra la princesa Mononoke, una chica humana pero criada por la tribu de los lobos, a la que no le importa dar la vida y encabezar el ejército del bosque.

Se trata de la película de Miyazaki más sangrienta y salvaje, con escenas que parecen sacadas de las pelis de samurais más bestias (tampoco hay muchas la verdad), pero siempre bajo la fantasía y poesía con las que impregna todos y cada uno de los fotogramas que realiza. Quizás esta peli peque de ser un poco larga, y también se podría decir que hay algún que otro momento en el que las cosas se exageran demasiado (ej. el final), pero sin lugar a dudas, se trata de un espectáculo impresionante para la vista, con una banda sonora de las grandes, y que a pesar de todo lo dicho anteriormente tiene un mensaje antibelicista y de respeto a la naturaleza, cargada de escenas memorables, con personajes que no son ni buenos ni malos (hace una critica muy clara a los humanos aunque manteniendo la fe en un porvenir mejor), y por supuesto con paisajes preciosos y atmósferas llenas de fantasía. La animación es buenísima con técnicas a la altura de los mejores efectos especiales. No faltan tampoco los iconos típicos de sus películas (los habitantes del bosque).

En definitiva, y perdonando lo larga que se puede hacer a algunos, esta película es belleza y encanto por donde se mire.