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España España · Valencia
Voto de dragoner:
6
Terror. Ciencia ficción. Comedia Una inesperada lluvia de meteoritos acarrea terribles consecuencias a la tranquila localidad pesquera de Berkeley. Los efectos radioactivos de estos sólidos convierten a los habitantes del pueblo en zombies caníbales, lo que obliga a los no infectados a enfrentarse con ellos... (FILMAFFINITY)
20 de septiembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un pequeño pueblo de Australia, donde apenas pasa nada, se desencadenará un gran desastre. Una extraña lluvia de meteoritos traerá destrucción indiscriminada, y lo que es peor, una especie de plaga que convertirá a todos en muertos vivientes. Los zombies andarán sueltos por la zona, atacando libremente a todos aquellos que se crucen por su camino. Forzando a unirse a los poco supervivientes que quedan, si quieren tener una posibilidad de escapar de esta pesadilla.
Esta es una película de bajo presupuesto que tiene un sabor especial. Parece como si todo un pueblo hubiera acordado participar en ella. De manera que la cantidad de extras es considerable para lo que suelen ser este tipo de películas.
Teniendo en cuenta lo trillado que están las películas de terror en general, y de zombies en particular, esta trata de añadir humor a la ecuación terror más gore. Separándose de otras como El amanecer de los muertos vivientes o 28 semanas después más serias y a las que no puede igualar por presupuesto y apuntando, pero ni mucho menos llegando a la altura de Zombies party o la mítica Braindead. Estamos por tanto frente a un guión que no cae en cursiladas o en tópicos por la falta de imaginación. Sino para explotarlos como fuente provocativa de la dicotomía que es tener un grupo de gente luchando por su vida, pero con una situación tan retorcida y tan lamentable que resulta graciosa.
Los directores, que también son los guionistas, muestran que no tienen miedo a salpicar la cámara con la ingente cantidad de sangre que se desparrama en la pantalla. El ritmo es algo irregular, y en algunos momentos da la impresión de no tener un rumbo del todo definido, sino que la acción deambula de un sitio a otro. Al menos sabían hacia donde llevarla y como terminarla correctamente. Sorprenden los efectos especiales. Los podríamos dividir en dos grupos. El primero serían los hechos por ordenador, que no tienen nada que envidiar a los de otras producciones con diez veces su presupuesto. El segundo los hechos usando métodos más tradicionales como cables o el maquillaje de los muertos vivientes, que estarían a la altura de una película de terror de los años ochenta, es decir bastante mejorables para lo que solemos ver ahora.
Tal vez sea porque estamos frente a actores poco experimentados, pero fallan ligeramente en dar movilidad a sus personajes. Les cuesta actuar de forma convincente. Parecen estacas clavadas en el suelo incapaces de interpretar mientras caminan. Esto resta naturalidad a las escenas y contribuye al ritmo irregular.
Es fácil obviar sus deficiencias y encontrar divertida la película, sobre todo si vas con la cabeza clara ante lo que vas a encontrar. Una cinta hecha por aficionados a las películas de terror mezclado con humor que contaban con más ganas e imaginación que medios.
dragoner
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