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Voto de coronel kurtz:
7
6 de febrero de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer vi “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante” (1989) de Peter Greenaway. Una película inclasificable que ya ha adquirido estatus de culto, excesiva, barroca, sensorial y esteticista (baste decir que el vestuario corre a cargo de Jean Paul Gaultier y la música es de Michael Nyman).
Resulta difícil contar de que va, aunque reflexiona sobre pulsiones humanas básicas como alimentarse o follar, pero invirtiendo los términos habituales en muchos casos: Se folla mucho en la cocina y se come bastante en la cama. En la cocina, además, los protagonistas cantan, se pelean, conversan y muchas otras cosas bastante extrañas. Se trata de una peli con muchos adeptos, pero también con muchos detractores, de esas que no suele dejar indiferente. A mí no me ha entusiasmado especialmente, aunque reconozco aciertos indudables, como las soberbias actuaciones de Michael Gambon y una imponente (en todos los sentidos) Helen Mirren. También salen en pequeños papeles un joven Tim Roth e Ian Dury (sí, el de “Sex, drugs & R’N’R”).
De Greenaway solo había visto (hace muchos años) “El contrato del dibujante”, que recuerdo que me gustó por su trama casi policiaca, y “El vientre del arquitecto” en una proyección en la facultad en mis tiempos de estudiante (es un decir), que me aburrió soberanamente.
Resulta difícil contar de que va, aunque reflexiona sobre pulsiones humanas básicas como alimentarse o follar, pero invirtiendo los términos habituales en muchos casos: Se folla mucho en la cocina y se come bastante en la cama. En la cocina, además, los protagonistas cantan, se pelean, conversan y muchas otras cosas bastante extrañas. Se trata de una peli con muchos adeptos, pero también con muchos detractores, de esas que no suele dejar indiferente. A mí no me ha entusiasmado especialmente, aunque reconozco aciertos indudables, como las soberbias actuaciones de Michael Gambon y una imponente (en todos los sentidos) Helen Mirren. También salen en pequeños papeles un joven Tim Roth e Ian Dury (sí, el de “Sex, drugs & R’N’R”).
De Greenaway solo había visto (hace muchos años) “El contrato del dibujante”, que recuerdo que me gustó por su trama casi policiaca, y “El vientre del arquitecto” en una proyección en la facultad en mis tiempos de estudiante (es un decir), que me aburrió soberanamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo mejor de la película, Helen Mirren ante el cadáver cocinado de su amante ordenando a su despótico marido: “Cómetelo. Y empieza por la polla, que ya sabes donde ha estado metida”. Genial.