Recuerdo a Daphne du Maurier, como una de las autoras que más me gustaban cuando llegué a la adolescencia En aquella época leía mucho, y lo hacía por placer. Leer formó mi criterio, y posteriormente sería la base que me llevara a escribir, y que mis libros fueran publicados.

Mi prima Rachel, era una obra, para mí desconocida, y enfrentarme a ella, en estos momentos supuso un regreso a aquella etapa de largos inviernos de lecturas en cama... La autora británica imprimía a sus obras, una pasión oculta y compleja que te hacía seguir leyendo hasta desentrañar la esencia de sus personajes.

La película ha conservado la complejidad de la novela, pues aunque, como antes dije, no la haya leído, el estilo narrativo de Daphne du Maurier queda perfectamente reflejado en el entramado global.
Roger Michell ha logrado plasmar los tiempos, los modos de un tipo de lectura, que hace años pasó de moda. A través de ella, aquí nos enfrentamos a un cine que va perdiendo seguidores en favor de la acción más salvaje, que ayuda a aliviar la mente, empobreciendo los criterios menos formados.

Un 6