Clásico inolvidable que ha perdurado a lo largo de los años, y que se ha convertido en una de las grandes películas de la historia, la cual será muy difícil de destronar en un futuro.
La película, la cual fue la primera que se rodó en color narra una de las historias más bellas y más duras que se haya podido ver en el cine.
Una película de 4 horas de duración que pasan de manera rápida, ya que el espectador se involucra fácilmente en la historia, y cuando quiere darse cuenta ya está envuelto en un mundo del que es difícil desconetar.
Victor Fleming dirige esta obra maestra de manera excepcional, creando escenas míticas del cine que han quedado grabadas dentro de la retina de las personas.
El guión cuenta con frases míticas que todo el mundo conoce. Dicho guión está basado en una obra literaria de gran extensión, pero la adaptación es bastante justa y en ningún momento el espectador piensa que alguna escena se queda vacía o suelta dentro de ese océano de imágenes.
Por otro lado se debe hablar de la impresionante fotografía, lleno de colores cálidos, colores rojos como la tierra de Tara. Esos colores tan bellos, también bañan al espectacular vestuario que se utiliza para vestir a todos los actores. Los cuales se mueven bajo un fondo de notas musicales que crean una de las bandas sonoras más reconocibles de la historia.
Para finalizar quiero hablar de las impresionantes interpretaciones. Vivien Leigh crea el personaje femenino por excelencia en el mundo del cine, haciendo una de las interpretaciones más memorables de la historia. Junto a ella le acompañan el gran Clark Gable y Olivia de Havilland.
En fin, un gran clásico imprescindible de ver.