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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Drama El inmortal texto de William Shakespeare sobre los celos según Orson Welles. (FILMAFFINITY)
5 de febrero de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otelo, del gran, único e incomparable Shackespeare se encuentra de pronto bajo el control de un director tan enfermizamente obsesivo como el propio prota de esta obra de teatro. El resultado es satisfactorio, aunque se notan mucho determinadas decisiones estéticas ajenas al libro que de ningun modo alteran el espíritu de su creador original, pero sí construyen un universo que, de pronto, se nos antoja como "distinto" al de sus raíces.

Primeros planos, planos detalle, un uso cuasi maníaco de planos cenitales, picados y contrapicados: Welles no se priva de nada para su Otelo personal, y no tan personal, puesto que por debajo de este enorme dispositivo cinematográfico podemos vislumbrar a todas luces la sustancia primigenia de un escritor inglés que hacía de cada frase un testamento para la inmortalidad. La obra está llena de Shackespeare, pero bajo el envase de Wells, ésto es: un tono extraño, muy extraño, afectado a niveles peripatéticos estudiados. Cortes de escena bruscos que se suceden en imágenes confusas, diríase alucinadas.

Creo entender esta decisión estética: el mundo de Otelo es el sueño de Otelo; es el sueño de Otelo bajo las formas de un manipulador como Iago; es Iago que crea el sueño de su señor mediante el control de su ego hasta desencadenar la destrucción de todo lo puro que allí podía percibirse en pro del deseo de poder velado que domina toda la obra.
Ni una coma, quise escribirlo como ensalada porque así nos la presenta Wells, esa es la cabeza de un hombre confundido que se pierde concientemente dentro de un sitio oscuro del que ya no quiere, concientemente, volver.
Juan Rúas
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