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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Juan Rúas:
7
Ciencia ficción. Drama. Fantástico. Romance En el año de 2092, Nemo Nobody, que tiene 120 años, es el último ser humano mortal de la Tierra y vive rodeado de hombres que han alcanzado la inmortalidad gracias a increíbles avances científicos. Cuando Nemo se encuentra en su lecho de muerte, recuerda varias posibles existencias y matrimonios que no llegó a vivir. (FILMAFFINITY)
2 de agosto de 2010
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cual de todas las realidades será, por así decirlo, la más legítima o auténtica para ese anciano de 120 años y el hombre que lo entrevista en un futuro lejano: si es que realmente el eje de la cuestión sea decantarse por una u otra realidad. O más bien vivirlas todas como, cada una de ellas, perfectamente posibles, también existe esa chance. Quizás ver al universo como un todo en expansión, disipación, y que tarde o temprano se volverá sobre sí mismo, engulléndose al tiempo que alguna vez comenzó para, desde luego, alguna vez terminar.
Todo se expone en Mr. Nobody con un estilo cual caleidoscopio de ideas, teorías y premisas que puede confundir por momentos, es algo inevitable por lo enrevesado de estas temáticas. Sin embargo, ni la idea ni el estilo, ni siquiera las estructuras empleadas, al margen de que sean funcionales o no, son nuevas.

Porque en algún momento de la trama se menciona al Efecto Mariposa, esa teoría que suelen manejar los que estudian la matemática no lineal. El asunto es que no sólo se la menciona, sino que varias cosas hacen recordar con lujo de detalles a la película El efecto mariposa: en ocasiones la estructura de la peli emula a la anterior de una forma, yo diría, pasmosa. Incluso los manejos de la emoción son similares, aunque en este caso la ciencia ficción se impone desde las explicaciones científico/filosóficas y el mundo futurista que se nos presenta. También es cierto que el manejo de los tonos, de la cámara y de los tiempos aquí son más elegantes, menos desprolijos que en la anterior.

La identidad es el eje desde donde se parte (Mr. Nadie, ya lo dice todo), luego la peli intenta trascender el mero ombligo y volverse metafísicamente visual y explicativa: el resultado final satisface pero no llega a impresionar todo lo necesario. Quizás porque los asuntos pertinentes a la naturaleza del tiempo, el sentido de la vida y todos sus posibles vericuetos están más que tratados. En este caso se intenta plasmar un estilo distinto con resultados desiguales, por lo que Mr. Nobody queda como un producto interesante, pero entre tantos otros.
Juan Rúas
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