No es exactamente el caso, pero es el rótulo más cercano para catalogar a esta adolescente tan particular que nos muestra Puenzo. Nos encontramos ante una obra de naturaleza anecdótica, puesto que si bien nos relata las dificultades de la protagonista para desenvolverse en un medio que la observa como si no perteneciera al género, el punteo de la trama no trasciende esos hechos, no establece una reflexión más amplia.

Estos casos son curiosos y contados, pero resulta una buena idea que el cine lo tome como ejemplo para desarrollar una historia. El problema pasa en el marco referencial de la obra. Se nos presenta a la protagonista confundida, a un padre que intenta que su hija se sienta cómoda; después se dá una sub historia donde ella en cierta forma parece querer elegir finalmente a que sexo quiere pertenecer. La peli se presenta como interesante, pero hay que advertir que sus posibilidades a la hora de hacer avanzar el guión son limitadas, porque el asunto no parte de ninguna tesis psicológica ni pretende adentrarse en cuestiones que sobrepasen lo ya contado. Entonces nos resta solo lo visto y el final es otra muestra de como la idea estaba pero no los medios como para hacerla crecer.

Su visionado es agradable, no aburre y lo inusual del caso sirve como disparador, pero el disparo tiene un límite y se nota.