Si algo no se le puede achacar a Joon-Ho es su frescura a la hora de tratar géneros, como si de todo aquello ya inventado pudieran surgir sus híbridos más complejos y perfectos, eso es Mother: un retrato multifuncional inclasificable y efectivo...la mayor parte del tiempo.

A una madre absorbente se le suma la aparición de un hijo retrasado, un policial en creces con aire de comedia negra, thriller de suspenso y salpicadaduras gruesas de surrealismo sucio...¿demasiado? Ese es el problema, porque por momentos definitivamente algo se va de las manos sin llegar a descarrilarse por completo, lo cual salva a la peli. Pero por momentos determinadas secuencias son tan poderosas e hipnóticas que la misma trama se distrae, caso el autoritarismo del abogado en el bar o caso la representación de la muerte de la joven en la azotea. La obra se enamora de su surrealismo y desvía la atención en retratos enmarcados, hermosos pero prescindibles hasta llegar, ahí sí, a retomar el camino Madre.

El camino Madre es ese que juega con la dudosa moral, ese que idiotiza al que tiene menos recursos y deja ver el orden vertical de fuerzas autoritarias, idiotizantes, cuyo amor por lo que porfesan puede llegar a ser tan poderoso como destructivo. Eso es Mother, y con un poco más de precisión hubiésemos es tado con la peli...realmente de la hostia.