Lástima que prácticamente no queden lugares al aire libre para pasar películas, porque cada uno de estos capítulos vendrían como anillo al dedo para verlo en familia con bocadillos, refrescos y mosquitos. Los niños no se darían cuenta de la subnormalidad de un robot super-avanzado, de la actitud incoherente de la malvada, de la mala suerte forzada de los personajes y de un guión más que mediocre y es que cuando estás con familia los niños se identificarán con los de la película y los papás con los Robinson resolviendo infinitos problemas "caseros". Una diversión familiar asegurada. La del siglo pasado me gustó... porque era niño y todo era en blanco y negro y no podía darme cuenta de lo mal que actuaban. La apruebo porque el género se lo merece por su dificultad.