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España España · barcelona
Voto de avanti:
8
Comedia Val Waxman (Allen) es un neurótico director de cine que, tras conseguir dos veces el Óscar, ha caído en el olvido. El fracaso lo ha llevado al mundo de la publicidad, pero él anhela desesperadamente volver a los escenarios. A pesar de que lo abandonó por un gran productor, su ex-mujer (Téa Leoni) sigue confiando en su talento y le propone dirigir una película de gran presupuesto que produciría su novio. Pero justo antes de empezar el ... [+]
16 de agosto de 2017
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No está nada mal que el tema musical Going Hollywood de la película del mismo nombre, y dirigida por Raoul Walsh en (1933) , cantado por el eterno Bing Crosby junto a la enorme masa coral de extras que supuso para la escena, nos abra las puertas a Un final made in Hollywood (2002) de Woody Allen. Una buena oportunidad en clave de comedia para conocer mejor los previos administrativos de un rodaje, el peso del productor, el de la Compañía o el de los actores que se implica en los proyectos y los medios técnicos necesarios para llevarlos a cabo, o el de los agentes que representan y consigue trabajo para sus representados.

Quien no tiene en su cinéfila memoria la diva olvidada para la que no hay producción, o el ambicioso guionista a cualquier precio en El crepúsculo de los dioses (1950) de Billy Wilder, o, el director, la actriz y el escritor rencorosos enfrentándose al productor en Cautivos del mal (1952) de Vincente Minelli. El escurridizo mundo de las producciones y todo su séquito, se ha llevado a la pantalla con grandes films, como los de Wilder y Minelli.

Woody Allen nos cuenta las vicisitudes que Al (Mark Rydell) agente del oscarizado y olvidado director Val Waxman (Woody Allen) ha de sortear para conseguir que su representado, con algún problema psicosomático oculto pueda dirigir una gran superproducción en la que su ex mujer Ellie (Tea Leoni) ha tenido mucho que ver, sacando del olvido al oscarizado realizador que lo fue tiempo atrás, volviendo así a los escenarios y los set de rodaje que tanto deseaba.

A pesar de que Ellie lo abandono por el productor Hal (Treat Williams) sigue confiando en su talento proponiendo a la ejecutiva de Galaxie que se le contrate para una película de gran presupuesto producida por Hal, al que Val, no le tiene en demasiada buena consideración. Llegados a un acuerdo todo se agiliza, Val, que hasta la confirmación del contrato estuvo sobreviviendo de la publicidad junto a su circunstancial pareja Lori (Debra Messing) eterna aspirante a triunfar en el cine, se agita de tal manera que sufre una ceguera psicosomática.

Dispuesto a no perder la oportunidad, él y su agente ingenian un plan para que el rodaje se lleve a cabo, a pesar de tener en contra a la ejecutiva que promoverá la película: Ivan Martin Gregg Edelman, George Hamilton y Hal el novio de Ellie. Finalmente la astucia y la fe profesional de su ex en Val consiguen el tan deseado contrato. Las preocupaciones llegan cuando Andrea Ford (Jodie Markell) periodista de sociedad husmea por los entresijos del rodaje, el problema no tarda en llegar a conocimiento del productor y que no ha sido impedimento para dirigir su tan deseada película de reencuentro con el cine.

Por consejo del Psiquiatra (Peter Gerety), Val se reencuentra con su hijo, haciendo que en su interior se mueva algo retenido durante largo tiempo: relaciones pasadas, incomunicación, falta de entendimiento, o dejarlo demasiado tiempo sin su compañía entre otras tantas emociones psicosomáticas que juntas generaron rechazo del hijo y que Val trata de solucionar para poder restablecer las emociones perdidas y normalizar así los sentimientos, la tranquilidad mental, para el equilibrio paternal y espiritual de Val tan necesarias. La première resulta un total fracaso, pero en Francia consideran que su trabajo es magnífico y le ofrecen rodar en la ciudad del Sena.
avanti
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