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Voto de John Giraldo:
6
Drama Narra una de las leyendas menos conocidas de la historia de la Iglesia: la vida de la Papisa Juana, una joven alemana que llegó a ser Papa en el siglo IX haciéndose pasar por un hombre. En el año 814, justo tras la muerte de Carlomagno, nace una niña llamada Johanna Anglicus en un pueblo alemán a orillas del Rin. Es la hija del cura del pueblo, que no está muy contento de tener descendencia femenina. Pronto la joven comienza a estudiar ... [+]
20 de junio de 2011
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sola idea en nuestros días causa polémica: una mujer papa. La historia ha mostrado como la mujer en términos religiosos desde la tradición judeo-cristiana es vista como inferior, maltratada y relegada a la servidumbre. En el año de 800 después de Cristo se dice a modo de mito y creencia de la existencia de una mujer que logró ocupar el cargo más alto de la cristiandad. Por tanto, ver la película que muestra la adaptación del libro de Donna Woolfolk Cross, la historia de Johanna, una Pontífice, resulta más que inquietante.
La historia de una mujer ocupando el trono eclesiástico suele verse como una burla para la institución religiosa. La iglesia se ha resistido a la idea de ubicar mujeres en altos cargos y valga la pena decirlo: es la iglesia la gestora de la promoción de un menosprecio por la mujer, a quien como se ve en la película, se ha considerado antinatural el hecho de educarse, de ponerse en el mismo lugar del hombre. A tal punto que desde la era cristiana hasta nuestros días aunque hay avances son muy ínfimos. El hecho de una mujer papa se ha convertido en leyenda, se dice, que luego de dos años de ocurrido el periodo papal de Johanna la iglesia se encargó de borrar todo rastro de ella. Como quizás es una afrenta la sola mención, a tal punto que es la misma iglesia la quien ha vetado este filme alemán.
Pero Johanna no llegó por ser mujer al trono, lo hizo ocultando su género. Tuvo que soportar a su padre –un cura conservador- quien decía que era una deshonra haber tenido una hija por impedir que ella pudiera darle continuidad a las ideas cristianas, y la particularidad es que fue ella quien pudo hacerlo. La mujer papa fue un travesti de la época, pero no por convicción sino para impedir ser asesinada o torturada. Se hizo pasar por mucho tiempo como hombre, adoptando el de su hermano Johannes Anglicus, con este nombre posicionó una imagen: la de un ser culto, ansioso de conocimiento, deseoso de lo cristiano, gozoso de la sabiduría, el amor por el prójimo y por que el cristianismo fuera servil a las personas y no una burocracia. Johanna no era tan sólo culta, hacía de los principios de su religión algo práctico no un sofisma.

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John Giraldo
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