Marcianada dirigida por el actor Tim Blake Nelson quien combina momentos brillantes con otros propios de película que no sabe a dónde se dirige. Cuando uno ve “Hojas de hierba” se pregunta si la irregularidad de la propuesta es un error buscado o encontrado aunque eso tampoco es importante porque es en este fallido contrapeso que “Hojas de Hierba” encuentra su mejor carta ofreciendo al espectador una historia donde todo puede suceder (o lo que es lo mismo, donde ya no sabes que esperar), el guión toma caminos imprevistos y soluciones originales a conflictos ya vistos en anteriores películas, “Hojas de hierba” siempre se anticipa al espectador y eso es bueno. Además su agridulce humor es perfecto y si a eso le sumamos a unos maravillosos actores (Edward Norton al frente vuelve a dar una lección) resulta imposible no comparar “Hojas de hierba” a las películas de los hermanos Cohen, el mismo espíritu transgresor aunque no la misma maestría en el lenguaje cinematográfico (por desgracia). “Hojas de hierba”, con todos sus defectos (los diálogos son, en su mayoría, fallidos), es una buena película que por momentos roza lo sublime y que mantiene al espectador enganchado a su butaca gracias a un guión repleto de inesperadas trampas con sentido. Una marcianada maravillosa que te hace pensar que el cine aun puede depararnos algunas sorpresas. “Hojas de hierba” sale directamente de la América profunda y nos demuestra que hay algunas películas que son como Bob Dylan, puede que no te guste pero no puedes dejar de escucharla y sentir que algo diferente hay ahí dentro, algo que huele a whisky destilado y brizna de hierba, de marihuana vamos…