Aileen Wuornos (Charlize Theron) es una prostituta que ha tenido a lo largo de su vida un sinfín de agresiones, abusos y problemas que la han llevado a ejercer esa “profesión”, su vida tiene poco sentido hasta que conoce a Selby Wall (Christina Ricci), una joven homosexual con problemas en su hogar.

Ambas llegan a enamorarse y a pesar de las enormes dificultades de las dos, se escapan y se van a vivir juntas, Aileen intenta reivindicar su vida y llevar una vida “normal” alejada de la prostitución, sin embargo, su reinserción a la sociedad es todo menos fácil por lo que debe volver a prostituirse.

En esa perspectiva comienza a desembocar en ella una ola de violencia, primero como medio para defenderse de los hombres agresores pero luego volviéndose una costumbre para sacar mayor y mejor provecho económico, por esto comienza a asesinarlos como medio de “defensa”.

El film cuenta con una extraordinaria actuación (y transformación) de Charlize Theron, que realmente se roba el show en la película, su contraparte, Ricci, es correcta, sin embargo, su papel no es tan exigente. Sin duda alguna se está ante una obra cruenta, agresiva, hasta poco esperanzadora, pero que vale por ese mismo detalle.