Primera película de Woody Allen sin toques de comedia; con la anterior “Annie Hall” ya se desmarcó de esas primeras obras puramente cómicas, pero sin renunciar al humor. “Annie Hall” fue además su primera película bien estructurada, con un guión bien enlazado y que guarda una coherencia de principio a fin.

La influencia de Bergman se percibe claramente, pero he leído varios textos en los que se afirma que Allen imita a Bergman con esta película. Yo pienso que se sirve del cine de Bergman para hacerlo propio, Allen es un director genial, con la suficiente capacidad como para adaptar el cine de otro grande como Bergman a su manera de hacer cine. En lo que más veo similitudes con el cine del sueco es en la planificación, esos planos de rostros superpuestos que tanto identifican su cine. Aparte de esto no se puede decir que cualquier cosa que recuerde a otro director sea una copia, casi todo está ya inventado, y si bien es cierto que ciertos directores consiguen hacer suyo algún plano o temática por su dominio de la misma no se puede excluir su uso a otros directores, ni criticarles por utilizar esas herramientas, especialmente cuando son tan excelentemente empleadas (por Allen, en este caso).

La gran mayoría de los guiones que ha escrito son excelentes, (en mi opinión uno de los mejores guionistas de la historia del cine), esto quizás esconde su labor cómo director, siempre a un gran nivel, pero que no llama tanto la atención por no ser un director que se centre principalmente en la imagen y su significado o que preste una especial atención al montaje.

Con películas como “Interiores” o “Recuerdos” demuestra que también puede destacar por una dirección más llamativa, de esas en las que se nota más su mano, algo que cómo dije anteriormente sabe hacer perfectamente pero que no encaja con su cine habitual.

“Interiores” es una de las películas que describen con mayor profundidad y complejidad el interior de sus personajes, los diálogos, las situaciones y cualquier detalle consiguiendo mostrar lo que piensan, sienten y padecen con una sutileza y una maestría tremendas. Me encanta cómo Allen crea atmósferas cerradas en las que les introduce y les hace estar aún más encerrados en si mismos. A destacar esas escenas en las que los personajes miran por la ventana intentando huir de esa angustia en la que se encuentran, y muy especialmente el maravilloso plano secuencia en el que Renata (Diane Keaton) y Flyn (Kristin Griffith) salen de casa para dar un paseo por la playa, pero en primer plano vemos unos juncos y maderas que las encierran incluso en el exterior.

Una gran película.